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Entrevista con Gianni Pittella


C&E: Presidente Pittella, ¿cuáles han sido los esfuerzos realiza- dos por el Parlamento Europeo para renovar los tradicionales esquemas de la comunicación institucional y para contribuir a la creación de un nuevo espacio público europeo? GP: Conocemos los medios a través de los cuales los grandes organismos se comunican con el mundo ex- terno, ofreciendo una visión desde arriba hacia abajo, por lo general prediseñada, que deja poco espacio al diálogo con la base, ya que el objetivo es convencer al outsider para que acepte la opinión de las institu- ciones, sin que aquél pueda ejercer su derecho a la crítica. El Parlamento Europeo ha intentado alejarse de este tipo de enfoque y ha puesto en marcha una nueva política organizada en torno a cuatro ideas bá- sicas: primera, reconocer la pluralidad que hoy está presente en la sociedad europea y adaptar nuestra política de comunicación a las diversas necesidades e intereses de los ciudadanos. Segunda, llegar di- rectamente a los ciudadanos europeos, en lugar de brindarles la información recurriendo a otros medios. La comunicación directa apunta a corregir esta situa- ción. Tercero, desarrollar la idea de ciudadano activo, brindándole instrumentos e información para que él pueda formarse autónomamente una opinión, en lu- gar de entregarle información pre confeccionada. Y por último, escuchar al ciudadano, en lugar de esta- blecer con él una comunicación de tipo unilateral. Pero antes de afrontar específi camente estos


puntos, es importante recordar cuál ha sido la historia y el background del Parlamento Europeo, que nació en 1979. En estos 30 años, el Parlamento evolucionó y pasó de ser un cuerpo consultivo relativamente pe- queño a convertirse en una institución fuertemente desarrollada dentro de la Unión Europea (UE), con miembros que hoy son elegidos en forma directa por los ciudadanos de sus países de origen. Para tener claro el contexto, es oportuno recordar que en la UE las potestades legislativas son compartidas entre el Parlamento y el Consejo, mientras que la Comisión ejerce un poder propositivo. Por lo tanto, si bien cada una de estas instituciones puede tener una estrategia comunicativa autónoma y gestionar su propia cam- paña informativa, es sumamente importante que las tres instituciones implicadas en el proceso legislativo


trabajen en conjunto y comuniquen con una única voz y una visión común. De todos modos, el hecho de tener que responder y rendir cuentas frente a sus propios ciudadanos no supone automáticamente un involucramiento activo, ni tampoco la participación o el interés de los ciudadanos en los asuntos institu- cionales o en el trabajo que se desarrolla a nivel eu- ropeo. En otras palabras, conceder a los ciudadanos el derecho de controlar el trabajo del Parlamento no implica necesariamente que ellos estén efectiva- mente interesados en ejercitar esa prerrogativa. Por lo tanto, es responsabilidad del Parlamento tender la mano a los ciudadanos, involucrarlos y tomar en consideración sus puntos de vista en el proceso le- gislativo. Se trata de una tarea importante porque legitima, particularmente, la construcción de una identidad institucional.


C&E: La comunicación institucio- nal es muchas veces percibida sim- plemente como el fin del espacio de la política, cuando, por el contrario, debería ser un medio a través del cual la política se comunica con sus propios elec- tores. ¿Cuál debería ser el nuevo paradigma comunicativo sobre el cuál redefinir una nueva ciuda- danía europea? GP: Tener valores y mantenerlos, por medio de las decisiones, debe ser sólo el inicio. El paso sucesivo es comunicar estas políticas y proponer una iden- tidad al público en general a través de resultados concretos. Eso signifi ca que las soluciones políticas no pueden consistir en palabras vacías escritas en un pedazo de papel; deben contener proyectos de ac- ciones concretas. Solamente cuando los ciudadanos vean que la política se traduce en acciones concretas y adviertan su impacto en el terreno, comenzarán a creer en el trabajo del Parlamento y aceptarán dedi- car tiempo y esfuerzo para informarse respecto de la actividad de nuestra institución. En defi nitiva, como afi rmó de manera elegante la comisaria Viviane Rea- ding en la Cumbre Europea sobre Comunicación que se realizó en el pasado mes de julio en Bruselas, “la comunicación es buena simplemente si la política lo es”. Hasta ahora, logramos que la comunicación se convierta para nosotros en un valor. De acuerdo


Diciembre 2010 Campaigns&Elections 46


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