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El Juego Interno del Candidato


El Juego Interno


del Candidato (otra forma de entender la oratoria política)


Por: Yago de Marta


ormalmente, los media trainings y entrenamientos de Q&A se limitan a tratar los aspectos formales de la intervención pública: Los gestos, atenerse al guión de la respuesta,


etc. Sin embargo, quienes son entrenados son cons- cientes de que la realidad dista mucho del “laborato- rio” creado en la sala. Independientemente de que se entrene con cámaras o con focos, la realidad siempre es diferente del entrenamiento. Y mucho más difícil. Todos podemos recordar a personas conocidas que pueden hablar bien pero que cuando hay alguien de su familia presente en la sala pierden el control. O cuando un portavoz habla en presencia de un su- perior en el organigrama. Siempre hay elementos disruptores que hacen que una intervención que po- dría ser un éxito, se convierta en fracaso. Todos hemos sentido que nos quedábamos en


blanco, los nervios, las dudas… Pero afortunada- mente, todos hemos experimentado alguna vez esa sensación en la que sentimos que todo va a ir bien, en la que todo es posible y en la que todo sale se- gún lo previsto. Pues bien, éste es el aspecto que nos atañe en el artículo, qué pasa dentro de nuestra ca- beza mientras hablamos. Si esto se controla, toda la comunicación fl uirá y será efectiva. Sin esto, nada de lo entrenado será útil al momento de la verdad. De nada le sirve al tirador de arco haber entre-


nado la técnica una y mil veces si en el momento del lanzamiento no es capaz de “sintonizar” con la fl echa. Lo mismo le sucede al corredor si no man- tiene su ritmo de respiración (su enfoque) durante toda la carrera. Es hora de que tomemos conciencia de lo duro y difícil que es para el candidato (en rea- lidad para cualquiera) hablar ante una multitud. Es


hora de que sepamos que lo que hacen es mucho más que hablar: la respiración se hace rápida y corta, las pulsaciones aumentan, hay más sudoración, mi- les de ideas vienen a la cabeza. La oratoria política se asemeja más a un deporte de competición que ha escribir un discurso sobre una mesa.


Todos podemos recordar a personas conocidas que pueden hablar bien pero que cuando hay alguien de su familia presente en la sala pierden el control.


Ahora que se está extendiendo tanto el uso de la


expresión “political jiu-jitsu” para referirse a la no-vio- lencia en política es bueno recordar a Jigoro Kano (fun- dador del judo, entroncado con el Jiu-Jitsu). Hablando del principio de “máxima efi cacia” en las técnicas re- cordaba que “el estudiante se da cuenta de que la per- suasión apoyada en la lógica es, en último caso, más efectiva que la coerción”. Así, como antes la retórica clásica, los paralelismos entre el ejercicio y el esfuerzo del orador en la política se repiten desde hace siglos. “A menos que tu corazón esté totalmente abier-


to y tu mente en orden, no puedes esperar ser capaz de adaptarte a responder sin límites, a manejar los acontecimientos de manera infalible, a enfrentarte a difi cultades graves e inesperadas sin turbarte, di- rigiendo cada cosa sin confusión” dice Sun Tsu en el Arte de la Guerra. Nos indica que la batalla comienza y acaba en nuestra mente. Pero, ¿de qué modo suce


Diciembre 2010 Campaigns&Elections 28


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