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Estas buenas prácticas son los únicos recursos que pueden garantizar una mejora en la eficacia de un partido

en aquellas organizaciones que consiguen buenos resulta- dos políticos, medibles en votos, fondos, voluntarios. Estas buenas prácticas/ buenos resultados son los únicos

recursos que pueden garantizar una mejora sostenible de la eficacia política de un partido. En su interacción con los votantes actuales y potenciales del partido puede asegurar el intercambio de compromisos que asegura los resultados, en votos, fondos y voluntarios. Efectivamente, es posible construir una aproximación

analítica de cómo la eficacia política (la obtención de vo- tos, fondos, voluntarios) en un municipio es función de un conjunto de interacciones, al menos, entre:

los votantes entre sí; los votantes y miembros de un partido; los miembros de un partido entre sí; los miembros de un partido con los miembros de otros partidos los dirigentes y los miembros del partido; los dirigentes del partido entre sí; los dirigentes actuales del partido con los dirigentes anteriores los dirigentes de un partido con los dirigentes de otros partidos; los grupos políticos con la ejecutiva de su partido; los cargos públicos de una institución los directores

y técnicos de la administración correspondiente; los grupos políticos de una institución entre sí. Los gobiernos de las diferentes instituciones entre sí

Estas interacciones son comportamientos observables

en la realidad diaria, que podemos denominar prácticas. Con un adecuado esquema conceptual es posible establ- ecer relaciones entre determinadas prácticas y la mejora o empeoramiento de los resultados políticos, a lo largo del tiempo, y comparar estas relaciones tal y como se dan, por ejemplo, en varios municipios. Bajo el título de Evaluación política este consultor ha

llevado a cabo estos análisis comparativos en cuatro parti- dos políticos, comprendiendo de 50 a 150 municipios, en- tre las elecciones municipales del 2003 y 2007, utilizando dos soportes: el autodiagnóstico de los comportamientos políticos y el plan demejora de la dirección política. Las consecuencias están siendo satisfactorias.

Consecuencia de estos trabajos ha sido enriquecer un esquema conceptual para analizar una organización política que, por ahora, va tomando esta forma bipolar:

El ADN de las organizaciones que consiguen resultados El material utilizado procede de organizaciones que

hace algún tiempo empezaron a trabajar bien. Faltan, pues, algunas variables que deberían describir el camino recor- rido para llegar a ciertos estados que se dan como estab- lecidos, porque así lo están, pero ello no aporta pistas sobre prácticas que serán necesarias aprender y poner en práctica por otras organizaciones que ahora quieran ir superando situaciones sin buenos resultados. Para ello, será conveni- ente que los autores, de estos primeros diagnósticos, y los equipos políticos locales de los que forman parte, sucesi- vamente den un paso más profundo en la elaboración de su experiencia. La organización política ganadora, en un sentido gen-

eral, se caracteriza porque en ella una organización local de partido, con su gobierno local, funciona de tal modo que mantiene/aumenta su mayoría electoral, en coalición más o menos estructurada y explícita con los líderes de opinión de sus votantes actuales y potenciales. Estos votantes que dan la mayoría raras veces son más de un 40% de los elec- tores de un municipio. La forma de la organización responde más a una red

social alimentada por una comunicación en dos sentidos frecuente entre los actores del juego político que a las rela- ciones jerárquicas de una estructura burocrática. Las prácticas que han producido malos resultados • Coaliciones mal preparadas y gestionadas, con conse-

cuencias como: disgusto de los votantes propios por deci- siones contradictorias con ideología o expectativas;impacto negativo por las peleas y tensiones entre socios. • “Hacer muchas cosas” y abandonar el cultivo de los

votantes.

• Descuido del partido. • No conseguir un lenguaje común entre el grupo mu- nicipal y el partido. • Ausencia de campaña permanente/campaña electoral acotada en el tiempo, siguiendo pautas clásicas. • Divergencia entre lo que se dice y lo que se hace.

Evaluación, reflexión sobre la práctica, entrenamiento Estos son los puntos clave de lo que puede ser un cami-

no metódico para desarrollar la eficacia política de un par- tido político.

Evaluación política. Un punto de partida ineludible

radica en que el partido vaya desarrollando una cultura de resultados, de modo que se registren y analicen. Esta nueva práctica de evaluación requiere aceptar la “objetividad” de las cifras y limitar el influjo de “familias”, clanes y amist- ades, en aras de mejorar la eficacia. La dirección debería coaligarse con los grupos que consiguen buenos resultados.

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