El Tea Party: Un movimiento social
provocando como nunca reacciones masivas por parte de distintos sectores de la ciudadanía (recordemos que, en oc- tubre de 2009, más de 97.000 mujeres italianas firmaban el manifiesto “Mujeres ofendidas por el primer ministro”, a raíz del comentario ofensivo dirigido a la diputada Rosy Bindi a quien le dijo: “Eres más bella que inteligente”).
En la web de Popolo Viola, y también en Facebook, se
cuelgan artículos, viñetas y enlaces a vídeos críticos y satíri- cos; llaman a boicotear a las empresas que se anuncian en las televisiones del Presidente italiano e informan de sus actos por todo el país.
Cultura digital y activismo social
Independientemente, y también al mismo tiempo que
se desarrollan estos movimientos, se producen múltiples campañas a través de las redes sociales, especialmente Face- book, que permiten que multitud de ciudadanos, sin ser de ningún partido político, participen activamente en diversas iniciativas políticas en on y off line.
La cultura digital es una ola de regeneración social (de
ahí su fuerza política) que conecta con movimientos muy de fondo en nuestra sociedad: placer por el conocimien- to compartido y por la creación de contenidos; alergia al adoctrinamiento ideológico; rechazo a la verticalidad orga- nizativa; fórmulas más abiertas y puntuales para la colabo- ración; nuevos códigos relacionales y de socialización de intereses; reconocimiento a los liderazgos que crean valor; sensibilidad por los temas más cotidianos y personales; visión global de la realidad local y creatividad permanente como motor de la innovación. Hay esperanza de nuevos liderazgos. Pero en la Red sólo se reconoce la autoridad, no la jerarquía. Mejor las causas que los dogmas.
Ciudadanía política en red
Así, en la red y en los movimientos políticos ciudadanos
que han nacido en ella, estas personas no actúan como ac- tivistas políticos de partidos, o como militantes, sino que la gran mayoría actúan políticamente de motu propio en asuntos que les interesan, con una participación sencilla, a menudo desde sus casas, conectados desde su ordenador, de manera rápida y con muchísima difusión gracias a la red.
No son movimientos estructurados, ni jerarquizados,
sino que aparecen por iniciativa de algún ciudadano anóni- mo y, dependiendo del tema, del contexto, de la actualidad de la iniciativa propuesta, de su creatividad y atractivo… tendrá más y más apoyos en internet. El aumento de estos apoyos y de la difusión de ese mensaje es lo que permite que aparezca en los medios de comunicación tradiciona- les, lo que consigue que esos movimientos autónomos y anónimos lleguen a mucha gente, retroalimentando expo- nencialmente la repercusión de sus actos y la adhesión de nuevos miembros a sus acciones y actividades políticas.
30 Politics | Mayo 2010
En realidad, los movimientos políticos en la red triunfan
por su simplicidad y porque aparecen desde la ciudadanía y no desde las organizaciones políticas. Representan un soplo de aire fresco por su naturaleza antiautoritaria, irreverente, horizontal y por la facilidad que internet ofrece para ser activo políticamente, a menudo sin moverse de casa. Otro factor a tener en cuenta es la poca necesidad de grandes reflexiones ideológicas. Normalmente los intereses que de- fienden y por lo que nacen son ideas a grandes rasgos, sin demasiada reflexión ideológica y, muchas veces, nacen con la etiqueta “anti” (algún político, iniciativa, ley…). Es esa confrontación o esa queja lo que alimenta su poder entre la gente y lo que acrecienta la difusión de su mensaje en las redes, pero también en la calle y en los medios de co- municación.
Nuevos escenarios para la política del futuro
Estos movimientos políticos ciudadanos están formados
por personas comprometidas, cada vez con mayor fuerza en la sociedad, y los partidos deben tenerlos presentes por la multitud de gente a la que arrastran. Las organizacio- nes partidistas se ven movidas en un primer momento a negar su existencia o a minimizarla, pero representa una tendencia que marcará la política del futuro y que cuenta con una gran aceptación y participación. Son movimien- tos cuyo objetivo es destacar una preocupación ciudadana, una queja… el descontento compartido, haciéndose oír y presionando así a los partidos políticos y a las administra- ciones a través de la difusión en la red de eslóganes, textos, mensajes, vídeos o imágenes y generando llamamientos para realizar actividades en la calle, de manera que se capte la atención de los medios de comunicación. Y sí, captan esa atención por la manera de comunicarse y difundir sus mensajes, pero también y, especialmente, porque son mov- imientos de personas corrientes, ciudadanos que opinan lo mismo que muchos otros ciudadanos y quieren manifestar su posición ante todo lo que no les gusta. Mientras hacen que su voz sea escuchada, y por tanto presionan política- mente, se sienten partícipes de algo, de una comunidad de iguales, que adquiere poder al sumar iniciativas individuales y convertirse en un movimiento político colectivo. Esa es su fuerza: sumar energías, iniciativas e ideas, para llevar a cabo su objetivo, que no es otro que presionar y conseguir que se les haga caso, aglutinando a la mayor cantidad de personas posible.
Un hito sin precedentes
La aparición de estos movimientos sociales no es algo
casual. En una época caracterizada por el individualismo, la despolitización, el desgaste de la política, el desprestigio de los partidos (englobado todo ello en un sentimiento de desafección y espíritu crítico), son los propios ciudadanos los que se dan cuenta que pueden actuar políticamente por sí mismos gracias, sobre todo, al poder de la comunicación intensiva e inmediata de la red.
Page 1 |
Page 2 |
Page 3 |
Page 4 |
Page 5 |
Page 6 |
Page 7 |
Page 8 |
Page 9 |
Page 10 |
Page 11 |
Page 12 |
Page 13 |
Page 14 |
Page 15 |
Page 16 |
Page 17 |
Page 18 |
Page 19 |
Page 20 |
Page 21 |
Page 22 |
Page 23 |
Page 24 |
Page 25 |
Page 26 |
Page 27 |
Page 28 |
Page 29 |
Page 30 |
Page 31 |
Page 32 |
Page 33 |
Page 34 |
Page 35 |
Page 36 |
Page 37 |
Page 38 |
Page 39 |
Page 40 |
Page 41 |
Page 42 |
Page 43 |
Page 44 |
Page 45 |
Page 46