This page contains a Flash digital edition of a book.
Tragedia, hazaña, fiesta y resaca


Los Amarres Electorales hacia 2012


San José es una de esas situa- ciones en que, sin mayores matices, la razón comunica- cional se subordina a la racio- nalidad técnica. Sin embargo, esa característica propia de muchas situaciones donde hay vidas en juego, no signifi - ca que el análisis y la proyec- ción de escenarios respecto del qué y cómo comunicar se encuentren ausentes. Cuando el 5 de agosto


Cuando el 5 de agosto apareció la noticia de 33 mineros atrapados tras el derrumbe, el Gobierno chileno se encontraba ya plenamente fuera de la luna de miel.


dos pasos por delante del resto de la clase, Bachelet encontró su espacio en el imaginario colectivo como una suerte de madre cuya primera prioridad fue pro- teger a los chilenos. El eslogan de “un gobierno de protección social” tuvo su correlato en el juicio prác- ticamente unánime de ser una persona “querida por los chilenos” (96% de acuerdo en la última medición de su Gobierno). En ese cuadro, el posicionamiento de Piñera no


era tarea fácil. Si la credibilidad era una de las forta- lezas de Bachelet (cerró su periodo con 89%), para el nuevo Presidente era su atributo más débil. Si en tiem- pos de Lagos y Bachelet, la favorabilidad del presiden- te siempre estuvo varios puntos sobre la aprobación del Gobierno, ahora Piñera mostraba ser la excepción de la regla: en plena luna de miel, en sus dos primeras semanas en La Moneda, el 52% de aprobación a Piñe- ra estaba 8 puntos bajo su propio Gobierno. La situación de los mineros encerrados en la Mina


49 Campaigns&Elections Marzo 2011


apareció la noticia de 33 mi- neros atrapados tras el de- rrumbe, el Gobierno chileno se encontraba ya plenamente fuera de la luna de miel. Si de marzo a julio la aprobación del Presidente había caído 6 puntos porcentuales (de 52 a 46%), su rechazo se había más que duplicado (de 17 a 42%). Pero, quizás más im- portante que eso, los atribu- tos vinculados a la cercanía y credibilidad del mandatario se desplomaban en 12 pun- tos en promedio en tan sólo


4 meses. Esta situación tenía su predecible correlato en los sectores pobres, donde la aprobación presi- dencial alcanzaba sólo un 38%, lejos del 46% a nivel nacional. En ese cuadro, discutir cómo se abordaría la comunicación política de la tragedia minera, las alternativas de rescate, y el posterior éxito del ope- rativo se volvía sustantivo: enfatizar en la idea de un presidente capaz y enérgico, el hombre a cargo del rescate; o bien intentar avanzar en los atributos blandos, cediendo espacio a decisiones expertas –cediendo también parte del crédito del eventual éxito– y asumiendo un segundo plano que permitie- ra una posición más empática con el público. La reacción de los partidos políticos (en Chile hay


ocho partidos con representación parlamentaria, los mayores de ellos agrupados en dos coaliciones, centro-derecha y centro-izquierda) fue expresión de claros clivajes ideológicos. Mientras para el ofi - cialismo la causa estaba en la falta de fi scalización


Page 1  |  Page 2  |  Page 3  |  Page 4  |  Page 5  |  Page 6  |  Page 7  |  Page 8  |  Page 9  |  Page 10  |  Page 11  |  Page 12  |  Page 13  |  Page 14  |  Page 15  |  Page 16  |  Page 17  |  Page 18  |  Page 19  |  Page 20  |  Page 21  |  Page 22  |  Page 23  |  Page 24  |  Page 25  |  Page 26  |  Page 27  |  Page 28  |  Page 29  |  Page 30  |  Page 31  |  Page 32  |  Page 33  |  Page 34  |  Page 35  |  Page 36  |  Page 37  |  Page 38  |  Page 39  |  Page 40  |  Page 41  |  Page 42  |  Page 43  |  Page 44  |  Page 45  |  Page 46  |  Page 47  |  Page 48  |  Page 49  |  Page 50  |  Page 51  |  Page 52  |  Page 53  |  Page 54