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la enseñanza el secreto del éxito
en el siglo XXI?
En marzo de 1988, DuPont, el mayor productor mundial de CFC, con el 25% del mercado, hizo un anuncio sorprendente: que dejaría de fabricar CFC. Si bien la empresa asumió sólo un pequeño riesgo financiero – obtenía menos que un 2% de sus ganancias anuales por esos productos – la decisión tuvo repercusiones profundas en la industria química y la industria de producción de CFC.
En ese momento, el Protocolo de Montreal había sido firmado por 46 países, pero aún no había entrado en vigor. Ese mismo mes, sin embargo, el panel sobre tendencias del ozono pu- blicó el primer informe que demuestra que las predicciones hechas por los científicos habían sido básicamente correctas, y que efectivamente hubo un afinamiento mensurable en el espesor de la capa de ozono en la atmósfera.
DuPont, por mucho tiempo un feroz oponente a la teoría del agotamiento del ozono, había comenzado su reestructuración dos años antes, en 1986, cuando junto con la Alianza para Políticas Responsables con el CFC, un grupo clave de la in- dustria, anunciaron su acuerdo para respaldar límites globales a la producción de CFC. La drástica decisión de DuPont de poner fin a la producción de CFC señaló que el principio del fin había llegado de verdad. La historia de DuPont ilustra el éxito del proceso del Protocolo de Montreal. Diversos elementos clave contribuyeron para lograrlo.
Una base científica sólida dio encuadre al problema del ozono desde el principio y ha sido un pilar clave para el éxito con- tinuo del Protocolo. Cada cuatro años el Protocolo llamó a una revisión de la mejor información disponible sobre ciencia, medio ambiente, técnica y economía. Para ayudar a la toma de decisiones, las Partes organizaron una serie de paneles de expertos de evaluación formal.
Se buscó el consenso político, y se logró alcanzarlo. Las na- ciones desarrolladas más grandes, como los EE.UU. y miem- bros de la Comunidad Europea, estaban de acuerdo sobre la necesidad de comprometerse a hacer frente al agotamiento de ozono en un marco multilateral. El sector de la industria se aseguró que se le otorgaría un plazo razonable para efectuar la transición. Las disposiciones del Protocolo de restringir el comercio con Estados no Partes contribuyó a una participa- ción casi universal en el Protocolo.
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¿Cuál fue el secreto del éxito del Protocolo de Montreal? ¿Cuáles fueron los factores clave que hicieron posible convencer a las empresas productoras de SAO para buscar alternativas? ¿Cómo se desarrollaron sus negocios? ¿Podemos hacer un paralelo entre los procesos en la industria y la comunidad internacional para afrontar los retos de la reducción de CO2
Al mismo tiempo, el Protocolo contaba con importantes puntos de flexibilidad. El concepto de responsabilidades di- ferenciadas entre las Partes hizo que el logro de los objeti- vos del Protocolo fuera más alcanzable. Si bien los países acordaron el cumplimiento de determinados objetivos de reducción numérica en los plazos acordados, el Protocolo no se pronuncia sobre la manera en que esas reducciones se quieren cumplir. Esto ha permitido a las Partes cumplir objetivos mediante la aplicación de aquellos enfoques que mejor se adaptaban a sus capacidades. Del mismo modo, una disposición de “ajuste” permite a las Partes utilizar la nueva ciencia para adaptar los controles sobre sustan- cias destructoras del ozono acordadas previamente sin tener que esperar un proceso de ratificación nacional de varios años.
En los casos de incumplimiento, un Comité de Aplicación formado por varias regiones ha desarrollado un sistema de gran éxito para el tratamiento equitativo de todas las Partes. Lo más importante para los países en desarrollo es la noción de que los gastos deben ser asumidos principalmente por los países desarrollados que han causado la mayor parte del pro- blema. Este punto fue abordado por la Enmienda de Londres al Protocolo de 1990, que incluía disposiciones para establer un Fondo Multilateral. Se les otorgó a las Partes un control concentrado sobre las políticas del Fondo. La composición equilibrada de países desarrollados y países en desarrollo en el Comité Ejecutivo marcó una diferencia de la histórica na- turaleza de las entidades fundadoras impulsadas por los do- nantes y llevó adelante el espíritu de igualdad del Protocolo. El Fondo se convirtió en un factor clave de éxito, dado que las Partes asignaron grandes sumas de dinero para garantizar el cumplimiento.
Se han aprendido importantes lecciones a lo largo del cami- no. La medida necesaria de las reducciones para proteger la capa de ozono se subestimó en un principio, por lo cual tuvo que ser adaptada posteriormente. También se subes- timó la capacidad de la industria, ante la perspectiva de la prohibición, para adaptarse al cambio y convertirse al uso de sustancias no destructoras de ozono. Los pronósticos fueron sistemáticamente más pesimistas, los costos para la industria se estimaron mucho más altos de lo que resultó en la realidad.
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