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Sal Los Amarres Electorales hacia 2012 a Informativa Elecciones Venezuela


Poco antes de hacer ese anuncio, el Presidente


empezó a culpar al sector privado de especulación, y varios organismos de su Administración iniciaron una serie de acciones fiscalizadoras contra empresas emblemáticas. Cuando las ansias del Gobierno por conseguir un chivo expiatorio a quien atribuirle los altos índices de inflación lo llevaron a confiscarle a Alimentos Polar 120 toneladas de alimentos que te- nía almacenados en unos de sus centros de distribu- ción, los medios desataron un escándalo que cambió abruptamente el foco de atención. PDVAL, empresa creada por el Estado en el 2008 para comercializar alimentos importados a precios regulados, dejó que se le pudrieran 130.000 toneladas de productos pe- recederos en los distintos puertos navieros del país. La oposición, ávida por mostrar lo habría hecho ella de haber estado representada en el Parlamento, prefi- rió asumir una línea de denuncia a la corrupción en vez de procurar que el debate girara en torno a la defensa de la propiedad privada, como mejor aliado del Estado en la satisfacción de las necesidades del pueblo. Luego de que el Ministerio Público pidiera el arresto de varios ex-directivos implicados y que dejaran de salir a flote los descubrimientos de lotes de comida podrida, la no- ticia perdió fuerza y terminó siendo opacada por otras primicias del acontecer nacional. Mientras las contingencias y los escándalos sigan guiando el accionar de la disidencia, seguirá siendo presa fácil de los múltiples trapos rojos que Chávez le ha tendido a lo largo de doce años. La oposición debería aprovechar la tribuna que le brinda su pri- mer año de regreso a la Asamblea Nacional para adueñarse de la vocería de los temas que más pre- ocupan a la población venezolana. Un estudio de opinión realizado por la empresa Consultores 21 en Junio muestra que hay dos problemas que los vene- zolanos consideran más importantes que los demás: inseguridad personal y desempleo. La bancada opositora deberá buscar el modo de


revertir la tesis del gobierno según la cual la delin- cuencia es resultado de los múltiples problemas eco- nómicos que azotan a Venezuela desde hace tiempo. El partido de Gobierno ha hecho un excelente traba- jo de achacarle esos problemas al sistema capitalista global, y ha esparcido con cierta efectividad la creen- cia de que mientras no se instaure un “Socialismo del Siglo XXI” en el mundo no se podrá acabar con la vio- lencia en Venezuela. La oposición debe hacerle en-


tender a la gente que, mientras persistan los niveles de inseguridad actuales, ningún sistema económico podrá atraer la inversión productiva requerida para ofrecerles un empleo digno a todos los venezolanos. Bajo esta misma tónica de “Cero Inseguridad y


Full Empleo”, y precisamente para que la misma tenga cabida, la bancada opositora también debe aprove- char el año 2011 para replantear el rol del Estado en la economía nacional. A lo largo de sus casi 12 años de gobierno, el Presidente Chávez ha hecho un uso interesado de aquella premisa de la Tercera Vía que reza: “Tanto Mercado como sea posible y tanto Esta- do como sea necesario”. Cada cierto tiempo, una nue- va industria pasa a ser considerada estratégica y sus principales empresas son expropiadas; esa situación no sólo ha llevado a un aumento progresivo de la in- seguridad jurídica, principal repelente de las inversio- nes generadoras de empleo, sino que ha provocado una desatención evidente de los programas sociales que tanto alivio les brindó a los venezolanos en el pa- sado. La oposición debe aprovechar su primer año en la Asamblea Nacional para informar a la gente de que las mismas causas que originaron una masiva fuga de capitales han sido las que le han hecho perder efecti- vidad a sus muy estimadas misiones sociales.


Independientemente del resultado que se dé el 26 de septiembre, lo que nadie pone en duda es que el panorama político está por cambiar en Venezuela.


Previsiblemente, el partido de gobierno hará


todo lo posible para distraer a la oposición de este objetivo primordial del 2011. No sería extraño que en algún momento se viera amenazada la libertad de expresión, o que surgiera alguna querella con un líder foráneo o doméstico: esto ha sido un lugar co- mún durante los últimos años, y para lo único que ha servido es para desconcertar a la población. Un mensaje conciso y consistente de la disidencia po- dría ayudarla a sobreponer el temporal de sucesos al que es sometida constantemente por parte del ofi- cialismo, y así dotar de sustancia a su eventual candi- dato presidencial en el 2012.


Septiembre 2010 Campaigns&Elections 18


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