Sala Informati va RICARDO AMADO CASTILLO


Los 25 puntos de diferencia en primera vuelta entre Santos y Mockus


que nadie vio venir (y que ahora todos quieren explicar)


Todo los análisis del mundo abarcan las últimas semanas opiniones sobre la fenomenal diferencia de más de 25 pun- tos que Juan Manuel Santos le propinó a Antanas Mockus en la primera vuelta de las elecciones colombianas celebradas el 30 de mayo. Inicialmente muchos analistas demonizaron a las encuestadoras porque consideraban que no es posible que no hubieran alertado sobre el potencial de la aplanadora naranja y/o sobre la fragilidad de la ola verde. Otros analistas han entrado en disquisiciones más relacionadas con los muy diversos errores estratégicos cometidos por Mockus en las últimas semanas alrededor de temas tan diversos como el salario de los médicos, Chávez, la iglesia, la posible extradita- ción de Uribe y una larga lista que sigue y sigue. Otros han querido plantear que la ola verde era una ficción del ciber- espacio y también que el abstencionista colombiano es abs- tencionista y punto y que sin maquinaria no hay votos reales. En la terna final de análisis fundamentales entran también los que plantean que el dúo Santos-Uribe arrasó allá donde la maquinaria del Estado podía hacer presión clientelar. Expli- caciones para todos los gustos y colores.


Mi explicación es quizás más sencilla. A Mockus le faltó


mayor diferenciación con el Gobierno de Uribe y con el candidato Santos en la recta final. Se echó de menos un discurso más claro y más fuerte que convenciera a indecisos y, para re-convencer a votantes de otras fuerzas que tenían la disposición inicial de votar a Mockus.


El candidato verde debió en el último mes de campaña ser


más fuerte en explicar principalmente sus posiciones sociales y en explicar, sin abstracciones ni ambigüedades, cómo un Gobierno suyo se diferenciaría de un Gobierno Uribista. Tenía que hacer un esfuerzo menos filosófico en hacer ver cómo su propuesta de legalidad democrática se traducía en beneficios concretos para el grueso de la población y no sólo para los que ya estaban convencidos.


No olvidemos que en nuestros países mucha gente vota


con el corazón, pero también otro grupo vota con el esto- mago. A este grupo había que darles más razones para arries- gar la continuidad de los pocos o muchos beneficios que tenían con un gobierno continuista. Esto es siempre crítico en nuestros países donde una parte muy relevante de la po- blación recibe beneficios directos o indirectos del Gobierno


Ricardo Amado Castillo ricardo.amado.c@gmail.com


MBA, IE MPS en Gerencia Política, GWU Julio 2010 | Campaigns&Elections 9


y donde, en muchas ciudades, aldeas y pueblos, el principal empleador es el Gobierno. Quizás, mucha gente no entendía como se beneficiaría de la revolución de los lápices y los girasoles.


Por otra parte, se intentó tanto no ser anti-Uribista que


se perdió un espacio para convocar a los que creían y creen que hace falta algo radicalmente diferente para cambiar el status quo. En las dos últimas semanas la campaña Verde está pasando a la ofensiva, pero da la sensación de que es tarde. Los principales votos que le hicieron falta a los Verdes son los de la izquierda que ve a Mockus lejos de hacer un cambio real, y los de aquellos ciudadanos que no querían más de lo mismo pero que aún así el discurso mockusista les pareció abstracto, un poco demasiado intelectual y, en ocasiones, le- jano a sus problemas domésticos.


Como en cualquier elección, los Naranjas van ganando


también por sus aciertos y no sólo por lo que los Verdes hicieron o no hicieron. Por encima de todo la campaña de Santos demostró una gran capacidad para vender lo mejor del Uribismo sin hablar mucho de los aspectos no tan po- sitivos de sus dos periodos de gobierno. Santos no tiene el carisma del presidente Uribe, pero nadie le niega la inteli- gencia y la capacidad de rodearse de gente capaz.


Todo parece indicar que las cartas están echadas y que este próximo domingo 20 de junio los colombianos escogerán continuidad sobre cambio. Ojala sea para bien del país. Si gana el presidente Santos inicia su Gobierno con una ma- yoría abrumadora en el Congreso, lo cual le garantiza un espacio de gobernabilidad, pero también se traduce en escasa oposición, lo cual en nuestra región siempre es una necesi- dad.


Nos vemos pronto. Envíenme sus comentarios sobre las elecciones de Colombia.


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