Los Amarres Electorales hacia 2012 en la Comunicación Política
No me lo escribas, enséñamelo
a una cena importante o no. Un análisis cuantitativo no es sólo un montón de entrevistas arrinconadas en una ofi cina esperando de una interpretación inteli- gente, efi caz y reposada. Y tampoco lo es un informe de 800 o 1.000 páginas que, técnicamente describa, como si de una sentencia del Tribunal Supremo se tratase, los resultados obtenidos tras la encuesta. Existe un elemento en comunicación muy útil e
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importante que aporta una información brutal con tan sólo un vistazo. Encuestas, sondeos… Todo es in- terpretable a ojos de este elemento, pero que pocos expertos saben tratar y hacerla atractiva a “su majes- tad el receptor”, tal como decía el profesional del pe- riodismo científi co Santiago Graiño. Este elemento de comunicación no es otro que la infografía. Aun- que bien es cierto que infografi ar no es fácil. Pero… si lo escrito en esas 800 o 1.000 páginas lo veo, mu- cho mejor. Saber comprimir la información para in- terpretarla en un instante es un arte en el mundo de la comunicación. Y su tratamiento es fundamental. Y repito lo de “fundamental”. En comunicación política, tener una buena infografía que, a la vez que atractiva me aporte mucha información y sea reconocible con un vistazo, es tener oro blando en las manos para comenzar a moldear a placer. Requiere de grandes profesionales que sepan tratar la información (y la in- formación con mayúsculas), que sepan plasmarla de manera visual, que la hagan atractiva y comprensi- ble… Pero, he aquí la pregunta: ¿todas las empresas de análisis cuantitativo tienen infógrafos? ¿Se le da importancia a este elemento?
La señora infografía y a sus creadores ¿Arte? ¿Información? Tras el surgimiento de la “so- ciedad de la información” nos adentramos cada vez más en un mundo que se aleja de la literatura impresa dando cabida a otros medios para captar la información de manera inmediata. El texto, el es-
ero un análisis cuantitativo no es sólo una colección de preguntas dirigidas a un público que puede que respon- da con desgana porque cogió el telé- fono, quizás por error, cuando se iba
crito, el relato... se van desplazando y su estilo evoluciona en menor medida si lo comparamos con los elementos visuales utilizados por las publicaciones periódi- cas. Éstos, en la actualidad, consiguen el objetivo que persigue el texto: informar. Ya no es necesario leer el contenido que nos puede aportar un extenso informe que nunca se leerá para captar la idea: de manera visual somos capaces de in- terpretar aquello que vemos y estar al mismo tiempo informados. Diversos es- trategas políticos, por no arriesgar y decir la mayoría, coinciden en que no se leen los informes de las encuestas: interpre- tan pequeñas píldoras de información, y mejor si las pueden ver y dar con la clave en un primer vistazo. ¿Te has preguntado alguna vez por qué Stanley Greenberg
La primera ilustración informativa en The Pensylvania Gazette, del 9 de mayo de 1754.
Existe un elemento en comunicación muy útil e importante que aporta una información brutal con tan sólo un vistazo. Encuestas, sondeos… Todo es interpretable a ojos de este elemento, pero que pocos expertos saben tratar y hacerla atractiva a “su majestad el receptor”
Febrero 2011 Campaigns&Elections 38
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