La Planificación
tiene un alto porcentaje de voto y además es estable en el tiempo. En las zonas adversas no realizaremos ninguna
intervención, es importante recordar que nuestros recursos siempre serán limitados y por tanto tene- mos que priorizarlos en función de nuestro rendi- miento electoral. Realizar intervenciones de movilización en zonas
del adversario suele acabar movilizando el voto con- trario, al mismo tiempo que generando frustración en nuestros Agentes Electorales. Hay que tener en cuenta que a veces estas zonas
adversas coinciden con zonas o barrios emblemáticos del territorio o muy concurridos por su vida cultural o comercial, por lo que parece obligatoria nuestra pre- sencia pública en algún momento de la campaña. En estos casos podemos plantearnos alguna ac-
tividad rápida y puntal, que nos permita una visibi- lidad estratégica en la zona y que justifi que nuestra ausencia el resto de la campaña. Podríamos conside- rarlas Zonas de Aparición Puntual (ZAP), con la idea básica de “aparecernos y desaparecernos” Deberemos por lo tanto: Recopilar información electoral básica y lo- calizar geográfi camente nuestras bolsas de
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votantes propios, de abstencionistas y de votantes del adversario. Es decir, elaborar nuestro Mapa de Rendimiento Electoral. A partir de este mapa, determinar las Zonas de Intervención Prioritaria en las que vamos a realizar actividades de movilización, considerando
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además el sistema electoral para lograr el mayor ren- dimiento posible. Establecer objetivos electorales numéricos a partir del análisis de cada zona, siendo realis-
tas, pero con ambición. Delimitar la Intervención por cada una de las zonas, es decir, determinar las actividades
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necesarias para cumplir cada uno de los objetivos marcados y organizarlas en el tiempo. Desglosar cada actividad prevista en la inter- vención listando detalladamente todas las
tareas necesarias para llevarla a cabo. Establecer los plazos de realización para cada una de las actividades y estimar los días ne-
cesarios para llevar a cabo la intervención por zona. Especifi car quienes serán los responsables y las personas implicadas en cada una de las
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tareas a desarrollar en función de las capacidades que requieran y los plazos de ejecución. Analizar y organizar los recursos técnicos ne- cesarios para realizar cada una de las tareas. Realizar una previsión de costes de las dife- rentes actividades. Determinar los mecanismos de seguimiento y control que se utilizarán.
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Nuestro mejor recurso: las personas Debemos prestar especial atención a la organiza-
ción de nuestros recursos humanos y hacerlo, sobre todo, de la manera más efi caz posible: - El primer elemento es el número de personas nece- sario para realizar cada actividad, así como la estima
Febrero 2011 Campaigns&Elections
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