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me detengo en uno muy corriente en el ám- bito laboral: procrastinar la toma de una deci- sión.


¿Por qué y para qué no tomo la decisión?


Decidir es elegir. Cuan- do necesitas elegir pue- des tener dudas. Dudas porque tienes miedos. Unos tienen miedo a equivocarse en la elec- ción. Otros a tener éxito, porque se subirían el listón. Algunos – los per- feccionistas - nunca se sienten preparados para decidir, porque nunca terminan de recoger información o comple- tar su análisis de coste- beneficio…


Los que nunca terminan de reunir información para tomar la decisión, mantienen la (falsa) ilusión de alcanzar, más adelante, un 100% de seguridad. No aceptan el riesgo.


Otros que tampoco dis- ponen de toda la infor- mación, se autocensu- ran o desprecian por su ignorancia o incapaci- dad para reunirla, mien- tras al mismo tiempo no se dan permiso para consultar con expertos en ese asunto. Su creen-


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cia (limitadora) es que la decisión no tiene valor - ellos mismos no tienen valor - si no la toman ellos solos, sin ayuda de nadie.


Es curioso que muchos


de ellos, una vez que consiguen tomar la de- cisión, parecen no tener ningún problema en ejecutar todo lo que la decisión lleva consigo. Su problema reside en que aplazan la toma de decisión y, por ello, se embarcan en una gran variedad de otras tareas que les alivian, porque les permiten “escapar” o “evitar” la realización de su actividad más relevante (e incómoda): tomar la decisión.


Durante esa fase de evitación y sustitución se sienten, adicionalmente, bloqueados. Es una sen- sación de embotamien-


to que dificulta pensar con claridad en otros asuntos y que suele venir acompañada de senti- mientos de frustración y preocupación.


El miedo que sientes proviene de tu creen- cia de que tendrás que convivir toda tu vida con los resultados de tu decisión. Y eso que pue- de ser cierto en alguna ocasión, no lo es en la mayoría de los casos, porque podrás realizar modificaciones en el tra- yecto e incluso cambiar tu decisión. El problema es que tu lo consideras irreversible, o magnificas tanto las consecuencias que te dices que no po- drás soportarlo.


¿Cuántas decisiones tomas cada día?


Cada día de tu vida tomas decenas o cente-


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