Mi trabajo no pretende cambiar el mundo; simple- mente refleja mi estado de ánimo.
La imagen no termina con un punto y un disparo.
Siempre hay un juego sutil entre los otros elementos y factores que definen la escena.
La tarea del fotógrafo con- siste en tallar un diaman- te.
Andrew Lucas No hay datos sobre su vida, so-
bre su trayectoria profesional a no ser que se domine la lengua rusa o ucraniana, por eso sus fotografías son su mejor testimonio para la gente ajena a estas lenguas. Según he po- dido descifrar en algunas sites rusas, Lucas posee su propio estudio al que denomina LucaStudio y siempre tra- baja con una cámara Nikon D80, su
fiel compañera desde que se inició en el arte de la fotografía; él mismo se define como un especialista de New, un género artístico que expre- sa y transmite la belleza del cuerpo humano en todos sus conceptos. No cabe duda de que es un profesional con un sexto sentido para diseñar la escultura femenina en cualquier posi- ción, por evocadora que sea. Para él no existen los tabúes, no hay dobles morales ni comidas de coco en torno a lo sensualmente femenino. Es un fotógrafo que desgarra sus propios
límites y se atreve a colocar las for- mas de la manera más provocadora posible, siempre envolviendo el todo bajo formas de elegancia exquisita. En sus tiempos más iniciales trabajó como taxista, en bancos, en comer- cios y como músico en restaurantes, adquiriendo con todo ello un baga- je de experiencia que le enseñó de forma sutil y práctica el trato con los clientes y personas más diversas. Fue su mujer quien le regaló su primera cámara digital que le entregó por completo a la fotografía.
1Carlos Flaqué Monllonch 33
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