Versos desde la orilla
De nuevo, como un abisinio que confunde la luz con las sombras, entro en un mundo que me pasma y me sor- prende; que me anonada y que me deja total y absoluta- mente noqueado. Sin embargo, reconozco mi incompeten- cia. O sea, amigos, que pido perdón por meterme donde no me llaman, donde me deslumbran las luces y hasta las sombras de quienes moldean la luz y logran impresio- nantes filigranas con Luz y Tinta, objetivos y diagramas, figuras etéreas y humanas... Y, mientras tanto, al par que ya hemos renunciado a los placeres de la vida —y no me pregunten a cuáles me refiero— sigo pecador en unos parajes locales, dejando pasar las horas, discurriendo ensueños y lamentando lo que ya no tiene remedio. Hablen otros, pues, de lejanos países, mágicos y de ensueño, de lagos y ríos, y admire yo el río Nalón de Astu-
21
rias, el más importante de la Cornisa Cantábrica, cantado y admirado por poetas que lo han cubierto de historias y de leyendas. Y de laureles. De tal modo que, por ello, se ha publicado un libro que lleva por título “Desde Tarna, como el Río”, en cuyas páginas los más sólidos poetas de Asturias y de España le adornaron de líricas estrofas.
Mole de piedra corona el recio vientre que encarna, en las alturas de Tarna, la Fuente de La Nalona.
Así inició Emilio Martínez su poema en décimas, “Al Nalón” y Alfonso Camín, el más recio poeta del idioma español del siglo XX, en unos soberbios alejandrinos, se dolía de la muerte de su amigo Emilio Martínez:
Page 1 |
Page 2 |
Page 3 |
Page 4 |
Page 5 |
Page 6 |
Page 7 |
Page 8 |
Page 9 |
Page 10 |
Page 11 |
Page 12 |
Page 13 |
Page 14 |
Page 15 |
Page 16 |
Page 17 |
Page 18 |
Page 19 |
Page 20 |
Page 21 |
Page 22 |
Page 23 |
Page 24 |
Page 25 |
Page 26 |
Page 27 |
Page 28 |
Page 29 |
Page 30 |
Page 31 |
Page 32 |
Page 33 |
Page 34 |
Page 35 |
Page 36 |
Page 37 |
Page 38