4)… Y tras darle la vuelta (me gusta más la estética desde este ángulo) y oscurecer completamente todo me- nos su rostro, acabé incluso enmar- cándola, como se merece una obra de arte como es esta hermosa mujer. Quise mostrar al mundo que esta
canaria es, para mí, una gran Dama y le di el tratamiento que, bajo mi pun- to de vista, se merece.
1Javier Madroñero
perder las buenas costumbres) no me cansé de disparar muchas fotos a esta canaria. Por la noche, en casa frente al
ordenador, fue cuando quise mostrar cómo era su esencia a mi manera de ver: tranquila, bonita, con un cier- to aire regio, con la nobleza de las “guanches”, las primeras habitantes de Canarias, esas que cautivaron a los conquistadores españoles cuando las contemplaron por primera vez. Por eso me deshice de todo el feo en- torno del camión y la gente, desenfo- cando y manchando de negro (foto
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