bién mi creación pero basada en los sonidos de la naturaleza y luego a Heimdall en el crepúsculo de los dio- ses y también supe estar religiosa y espiritualmente en las personas para su culto y relax. Así recorrí los siglos hasta que
las grafías me plasmaron en papiros pero supe también permanecer en el talento del alma de quienes sin estu- dio alguno supieron extraer lo más hermoso de mi ser para entregárse- lo a los demás simplemente para su deleite.
Acompañé lamentablemente y
sin pedirlo a legiones de conquista- dores que sometieron innecesaria- mente a pueblos a las extremas atro- cidades y miserias en lides pero tam- bién supe darle el arrullo a un tierno niño para su dulce y angelical sueño. Eternas parejas de enamorados
disfrutaron conmigo aquel primer encuentro y el tierno y apasionado primer beso para sellar su amor más profundo Supe despedir a quienes transi-
taron la vida en busca de un eterno descanso durante su responso. Me permití compartir el relax de
quien quisiera disfrutarlo conmigo para seguir cultivando su espíritu. Hice todo eso y mucho más. No me arrepiento de nada y lo segui-
Sé que tuve mi génesis desde el
“Big Bang” o quizás ante la Divina Creación pero ya no lo recuerdo. Pa- saron tantos años...
Amigos, les presento a mi amigo
Car-litros, que, además de ser mi mo- delo, es un poeta urbano, un poeta de la calle al que quiero que conoz- can a través de esta publicación. A mí me parece fantástico, por eso quiero que lo descubran y puedan opinar de lo que escribe.
Miguel Campetella 48 - Luz y Tinta Nacida de siete padres inicial-
mente fui concebida junto para flo- tar libremente a la espera de intro- ducirme en el hombre acompañando su lenguaje gutural hasta el pleno desarrollo de su capacidad comu- nicativa solo para prolongar y elevar los sonidos de su lenguaje. Esa era mi misión. Así fui recorriendo las etnias y co-
nocí al emperador Hoang-Ti, quien había ordenado a sus súbditos tam-
ré haciendo para siempre mientras haya aunque sea una sola persona en el universo que quiera abrir su cora- zón para recibirme . Me despido habiendo tenido el inconmensurable placer de conocer- los a todos, agradeciendo que me hayan abierto su corazón para de- jarme entrar en sus vidas para siem- pre. Jamás los voy a perder mientras quieran estar conmigo y les daré lo mas brillante, placentero, tierno, no- ble y reconfortante que tengo para entregarles. Y no moriré jamás. Perdón... Olvidé presentarme. Yo soy simplemente:
LA MÚSICA
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