Fotógrafo del mes de Diciembre
desde las fotos callejeras y los retra- tos robados al paso hasta las puestas de sol y las fotografías de viaje, pa- sando por tomas en que hace prota- gonista a la naturaleza o se detiene en la denuncia social en la que la vida cotidiana de las ciudad, con su vaivén de luces y de sombras, respira por to- das las costuras: Bilbao, su ciudad de referencia, asoma entonces su rostro de ceniza, como dijo el poeta: la ría, el casco viejo, el Guggenheim... A veces se arriesga incluso con ciertos bodegones centrados en la gastro- nomía que hicieron posible que un simple kiwi aportara color y protago- nismo a una propuesta en principio arriesgada pero resuelta con valentía y delicadeza. En su acercamiento a la natura-
leza destacan las playas al atardecer en las que persigue el ‘efecto seda’ de las olas y consigue esa magia espe- cial que deviene del contraste visual entre lo que sabemos en movimiento y la realidad, como cuando se produ- ce un silencio repentino tras un grite- río o como cuando, tras la tormenta, vemos asomar el arcoiris entre los fa-
Pablo Alonso es uno de los fotó-
grafos más jóvenes de Moldeando la luz y sin duda el más joven de los has- ta ahora destacados. La juventud, que a menudo viene asociada con la lógica inexperiencia, se distingue también por cierta desenvoltura no exenta de agresividad, esas ganas de comerse el mundo con que nor- malmente se la identifica. Nada de esto falta en las fotografías de Pablo Alonso: agresividad, que resuelve generalmente a través de encuadres muy personales; desenvoltura, que le lleva a ensayar todas las posibili-
4 - Luz y Tinta
dades fotográficas, como veremos; y sobre todo, ganas de comerse el mundo: en el poco tiempo que lleva en Moldeando han sido ya muchas las fotos que se le han destacado sema- na tras semana, como índice de su interés y de su empuje, hasta llegar a este mes de diciembre de 2013 en que se le distingue como fotógrafo del mes. La temática fotográfica de Pablo
Alonso —una temática, por otra par- te, muy amplia que denota su afán por tentar todas las posibilidades y encontrar una voz propia— abarca
rallones de la montaña cercana. Ahora bien, lo que sobresale de
las fotografías de Pablo Alonso son los retratos. Todos ellos muy pensa- dos, muy elaborados, abandonando los robados callejeros con los que iniciara, según confiesa, su andadura fotográfica. Son retratos, tanto en interiores como en exteriores, en los que se aprecia el estudio del fondo y el gesto del modelo o la modelo, que resuelve muchas veces con un agre- sivo escorzo, incluso un grito, con los que libera la carga emocional con la que se enfrenta a la escena creada.
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