pone investigar en detalle cómo están fun- cionando las cosas como base para hacerlas funcionar mejor. El pensamiento científico se caracteriza por ser fáctico (los hechos que ana- liza están dados en la realidad), trascendente (va más allá de los hechos), analítico (descom- pone y recompone el todo), preciso (en el sen- tido de huir de la vaguedad), busca la verifica- ción pero también busca falsar las cosas (no sólo busca confirmar sino también contradecir como forma de aprendizaje continuo), estruc- turado (en el sentido de seguir una sistemáti- ca), predictivo (busca predecir cómo se com- portará el mundo), abierto (está en evolución permanente, nunca es cerrado o concluyente) y aspira a la utilidad (intenta contribuir a la mejora de la sociedad). Es interesante consta- tar cómo este pensamiento es menos frecuente que lo utilicemos en nuestras organizaciones. Identificar qué hace una organización, cómo y por qué como principio para mejorar de forma continua es algo bastante ignorado, normal- mente se acuden más a fórmulas externas (in- vestigar qué hacen otras organizaciones, o el
32
mercado), lo que dicen los “expertos” y gurús etc. La ventaja de esta forma es que permite reinventarse a cada momento, la dificultad es evidente; requiere de más modelos formales para hacerlo correctamente.
Ninguna de estas formas de afrontar lo desco- nocido son por si mismas mejores o peores, cada una tiene sus ventajas e inconvenientes, pero probablemente revisar cómo estamos pensando y de qué otras formas podríamos hacerlo puede ayudar a cambiar el “tipo de observador” que es- tamos siendo frente a un horizonte de incer- tidumbre.
Miguel Labrador Coach Ejecutivo
Page 1 |
Page 2 |
Page 3 |
Page 4 |
Page 5 |
Page 6 |
Page 7 |
Page 8 |
Page 9 |
Page 10 |
Page 11 |
Page 12 |
Page 13 |
Page 14 |
Page 15 |
Page 16 |
Page 17 |
Page 18 |
Page 19 |
Page 20 |
Page 21 |
Page 22 |
Page 23 |
Page 24 |
Page 25 |
Page 26 |
Page 27 |
Page 28 |
Page 29 |
Page 30 |
Page 31 |
Page 32 |
Page 33 |
Page 34 |
Page 35 |
Page 36 |
Page 37 |
Page 38