EDITORIAL CUANDO LAS MENTES SE CALIENTAN NECESITAMOS BRINDAR Jorge Salinas Presidente de Atesora
Ya pasó Expomanagement y un año más se ha convertido en un espacio de encuentro para gurús, librepensadores, directivos, conferenciantes incompren- didos y curiosos. Los resultados de afluencia confirmaron las estimaciones previas al evento. Al- gunos asistentes habituales a este clásico de los congresos sobre management,
en esta ocasión, se han quedado en casa, o siendo más precisos, en la oficina. Las razones seguramente son diversas, cada uno tendrá una historia que contar. Todos entendemos que en tiempo de recortes y austeridad, las empresas sean más cuidadosas a la hora de elegir en qué actividades invierten sus recur- sos. Si bien es razonable que el número de asistentes a las conferencias de los “primeras espadas”, las que cuestan dinero, decayera, es más difícil de asumir que también hubiera menos asistentes a las conferen- cias de carácter gratuito, a las que se accedía con tan solo registrarse. Éstas eran muchas y de muy alto nivel. Basta decir que entre ellas estaba Alex Rovira, Santiago Álvarez de Mon, José Mª Gasalla, Ovidio Peñalver, Jaime Bacás, Adolfo Ramírez, María Santos y yo mismo entre otros. ¿La delicada situación por la que atraviesa nuestro país enfría las ganas de nutrirse de nuevas ideas y enfoques del management? La respuesta me la dieron alguno de los que invité personalmente: “Jorge, aunque tengo disponibilidad para asistir, con la que está cayendo prefiero quedarme en la oficina. No estaría bien visto que me tomara ahora un par de días para asistir a un congreso”
Ya tenemos el verano encima y las altas temperaturas empiezan a calentar no solamente el asfalto, también las mentes, que a veces se vuelven calenturientas. Algunos empiezan a justificar actitudes y comportamientos basados en lo que las cosas podrían ser, no en lo que son. El miedo, del que hablaba yo en una de mis conferencias, atenaza los ánimos y congela las pasiones.
Cuentan las crónicas, que el acto de brindar ha quedado como recuerdo de una costumbre muy exten- dida a lo largo de varias épocas, pero que su origen es del siglo IV a.d.c. Habida cuenta de lo habitual que en aquellos tiempos era envenenar a los enemigos, aprovechando celebraciones de todo tipo, se estableció que, como acto de transparencia y buena voluntad, los anfitriones de estas fiestas brindaran con brío al ofrecerle bebidas a sus invitados, de tal manera que al salpicar los líquidos con el impacto entre las copas, los contenidos se mezclaran y quedaran patentes las buenas intenciones. Animo a los directivos a celebrar los éxitos en sus compañías. Esos éxitos que cuando se consiguen, a veces, se dan por descontados, y que en la celebración brinden con fuerza para alejar los fantasmas de sus cabezas. Mi celebración personal tiene que ver con la proximidad de un periodo vacacional, donde queremos proponer a nuestros clientes y seguidores nuevas ideas para hacer más productivas sus empresas y hacer más felices a sus empleados. En los próximos días recibiréis invitaciones a un evento de coaching de equipos, y a otro donde compartiremos el cómo optimizar los costes salariales con una retribución a la carta.
Os deseo un verano exitoso y productivo. 3
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