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Sumida en el caos, la ciudad más grande y
poblada de Sudáfrica no deja de respirar un aire cosmo-
polita mientras se sacude su pasado de segregación y se
prepara para ser una de las sedes del Mundial de Fútbol
del 2010. Reportaje desde la vibrante Jo’burg.
Te lo digo. Camina con cuidado y piensa rápido; esta es Johannesburgo, eres rápido o
estás muerto… Es la ciudad de tus sueños. Te abrazará, tiernamente te acariciará y te or-
gasmificará y, para cuando despiertes, será demasiado tarde… Kgebetli Moele, Habitación 207.
Respuesta armada azote sin distingo de raza o clase. Para Si-
E
n las calles de Johannesburgo mon Boon, un descendiente de holandeses
siempre hay un arma apuntando. que distribuye su tiempo entre odiar a Jo-
En el imaginario de la ciudad cada hannesburgo y enseñar literatura inglesa
esquina esconde un delincuente en la Universidad de Witswatersrand, “no
que como una sombra fantasmal está listo existe en esta ciudad el placer de entrar a
a saltar sobre el primer transeúnte despre- casa, quitarse los zapatos y respirar el ca-
venido. Caminar a cualquier hora es como lor de hogar. Al llegar hay que asegurarse
protagonizar una película de suspenso, se que nadie esté rondando mientras abres la
escucha la respiración propia que jadea al puerta”.
ritmo de cada paso, la mirada se aguza, los “Lo que tiene ‘Jozi’ es un problema
músculos de la nuca se tensan para que la de marketing”, concluye Maia, una agente
cabeza pueda girar como un resorte y ver viajera. “En Rio de Janeiro el récord de
quién camina detrás, descubrir de quién muertes violentas es más alto que el de
son las pisadas que martillan los oídos. Bagdad, pero Río es una atracción turísti-
A Taryn se le ve la mandíbula rí- ca, y aunque es de las más inseguras, tam-
gida mientras aprieta el bolso bajo el bra- bién es de las ciudades más visitadas del
zo. “He perdido más de 10 celulares en mundo. Johannesburgo no es una ciudad
cuatro años, he sido atacada, vi cómo le de postal, como Río o Ciudad del Cabo, y la
disparaban a un hombre en la cabeza por prensa internacional se concentra en sus
quitarle la billetera, han intentado violar- aspectos negativos sin que exista una ca-
me y me han puesto una pistola en la frente rabonita que compense por ellos”.
para robarme el carro”, me
cuenta esta atractiva mesti- En los alrededores de Johannesburgo
za de 30 años que organiza se encontró el fósil del Australopithe-
eventos de cultura calle- cus africanus, el homínido más antiguo
jera. “En Jo’burg tenemos de la Tierra.
la cifra más alta de robos,
asesinatos y violaciones en una zona sin El beat nocturno
guerra”. Se abre paso a empujones entre
la multitud inquieta que inunda los ande-
nes comprando y vendiendo ropa usada y
electrodomésticos robados. Esquiva los E
s jueves en la noche y Carfax está
a reventar. Cada vez hay menos
espacio y los cuerpos se aprietan
unos contra otros sin dejar de
puestos informales de comerciantes etío- bailar. A las diez de la noche comenzó a
pes, las extensiones de pelo sintético que llegar la gente, aunque será alrededor
ofrecen las mozambiqueñas, la mirada de la una que se producirá el éxtasis
dura de los nigerianos, los consultorios colectivo cuando el dj Admiral se tome las
para abortos y pruebas de VIH. Decide tornamesas. La temperatura aumenta, las
cambiarse de acera cuando ve a un gru- pieles brillan, los dientes resplandecen en
po de mujeres linchando a un joven que se la penumbra. Como casi todas las mujeres,
robó un teléfono. Ayanda tiene más piel descubierta que ropa.
El crimen es rampante e indiscri- Aspira con fuerza un cigarrillo que sostiene
minado, y cualquiera puede caer bajo su con el índice y el pulgar, y tras exhalar una
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