milia, con una amistad que desde los tiempos de Hungría no había vuelto a tener. Con Luis Montero y por su- gerencia de García Figueras crearon una pequeña sociedad de servicios fotográficos.
Evidentemente Tánger tuvo un
papel clave en la vida de Muller. Allí se originan sus relaciones con Espa- ña y con los intelectuales españoles, los cuales tras la derrota de la guerra civil, habían emigrado a Tánger. Son las exposiciones realizadas en Tánger y Tetuán, con sus fotos húngaras de carácter social, sus imágenes de Pa- ris y Portugal, las que llaman la aten- ción hacia él. Este es un ambiente humilde, carente de impulsos desde el punto de vista del fotógrafo, don- de sus fotos causan gran admiración. Comenzó a trabajar de forma cons- tante e intensamente para varios diarios y revistas españolas y marro-
14 - Luz y Tinta
quíes como fotógrafo: ABC, Informa- ciones y Semana publican sus fotos a partir de 1940, mientras Mundo, Áfri- ca, Tánger, Fotos, Mauritania, L´Echo de Tánger y Dèpeche Marocaine(Ca- sablanca) lo hacen entre 1941 y 1944. En realidad, sólo continúa lo iniciado en Hungría , pero ahora, en vez de representar a las capas humildes de su patria, descubre Marruecos. Esta es la razón por la cual los dirigentes de la propaganda de la España de Franco, que aspiraba a la posesión de Marruecos, lo notaron, y se explica de la misma manera el hecho de que le encargaran la preparación de dos álbumes que representaban para el público español el Marruecos anhe- lado desde casi cien años. Desde el punto de vista temático,
Estampas Marroquíes (1944) es entre los dos trabajos el más complejo, y es que, además, el texto no fue escrito
por una persona cualquiera. El coau- tor es
R.Gil Benumeya, el gran his- toriador andalucista que considera a Marruecos como parte de Andalucía, es decir de la histórica “Al Andalus”. Sin embargo Nicolás Muller tiene una opinión diferente sobre la cues- tión, al igual que los grandes perso- najes de la generación del 98, que hablaban de la necesidad de “desa- fricanizar España”. De todas formas, Muller no participaba en la política y tampoco se interesaba por el fondo político del trabajo (lógicamente, pues apenas hablaba español). El se inspiraba en Marruecos y en la gente árabe.
Muller siempre se interesaba
solo por el paisaje donde aparezca el hombre. “Para mi el paisaje sirve siempre solamente de fondo” dice en 1993.
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