LUZ Y TINTA
cada historia, solo citaré cuatro de ellas.
“Felipe II lloró al hundirse su flo- ta. ¿No lloró nadie más?”
En los libros figuran los nombres
de los reyes. ¿Arrastraron los reyes los grandes bloques de piedra?
dia. ¿El sólo?
El joven Alejandro conquistó la In- Una victoria en cada pági-
na. ¿Quién cocinaba los banquetes de la victoria?” Afortunadamente desde hace ya
mucho, nadie ignora que los pueblos pesan en la historia más que los re-
embarcadas silenciosa- mente como pasajeros clandestinos, existen solo de modo secundario.
yes. Y una de las “emancipaciones” más importantes de la mujer sería que la historia reconociera y mesurara su función real en el devenir humano. Hago estas reflexiones personales
porque en mi viaje por Myanmar, la antigua Birmania, mis ojos no sa- lían del asombro al ver el papel que actualmente juega la mujer en este país; ya antes habían observado con estupor otras escenas en otros luga- res del mundo, pero nunca como en esta ocasión. Comprendí de inmediato por qué en este país el líder más carismáti- co era una mujer, la opositora Aung San Suu Kyi, que afortunadamente en los días que nosotros viajábamos por Burma fue liberada. Según pude informarme posterior-
El duro trabajo de la construcción de carreteras
mente existe en el país una especie de “licencia para violar” en la som- bra. Son varias las organizaciones humanitarias internacionales que de-
8
Hijas, mujeres, herma- nas y madres quedan
Page 1 |
Page 2 |
Page 3 |
Page 4 |
Page 5 |
Page 6 |
Page 7 |
Page 8 |
Page 9 |
Page 10 |
Page 11 |
Page 12 |
Page 13 |
Page 14 |
Page 15 |
Page 16 |
Page 17 |
Page 18 |
Page 19 |
Page 20 |
Page 21 |
Page 22 |
Page 23 |
Page 24 |
Page 25 |
Page 26 |
Page 27 |
Page 28 |
Page 29 |
Page 30 |
Page 31 |
Page 32 |
Page 33 |
Page 34 |
Page 35 |
Page 36 |
Page 37 |
Page 38 |
Page 39 |
Page 40 |
Page 41 |
Page 42 |
Page 43 |
Page 44 |
Page 45 |
Page 46 |
Page 47 |
Page 48 |
Page 49 |
Page 50 |
Page 51 |
Page 52 |
Page 53 |
Page 54