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Estatua Cristo Redentor o Cristo de Corcovado, en Río de Janeiro


en las zonas como un elefante en una cristalería, me refiero a las empresas que explotan sus recursos y riquezas naturales, la madera, los minerales el petróleo. Estos intereses ocasionan el progresivo aumento de la pobreza de los sudamericanos, los más po- bres emigran a la Amazonía en busca de trabajos duros e inhumanos como leñadores o mineros. Cada vez somos las personas que


nos acercamos a estos lugares para vivir y fotografiar las maravillas ama- zónicas. Como consecuencia de ello, los nativos se adentran cada vez más en la selva y el carácter de la zona se deteriora. Muchos de los viajeros, por no decir todos, cuando acudimos a es- tos lugares llevamos cámaras y ha- cemos fotos. No cosecharemos el tipo de fama que Bingman buscaba y logró. Pero, igual que él, volvemos a nuestras casas con las imágenes que


A la izquierda, niños de la Amazonía 7 Mono de la selva amazónica Los expertos creen que hay


personas que habitan en la pro- fundidades de la jungla amazó- nica y nunca han tenido contac- to con forasteros.


constituyen nuestra pequeña reivin- dicación de uno de los lugares más extraordinarios del mundo. De todos estos viajes cada cual busca sus ob- jetivos; en mi caso, el contacto con las gentes y sus problemas es tan im- portante y se encuentra a la misma altura que la grandeza de sus paraí- sos naturales. Porque tanto en las re- giones andinas como en la Amazonía viven pueblos a los que les han podi- do quitar todo, menos la voluntad de permanecer, que es la primera y más honda forma de la esperanza. Al final, siempre termino recor- dando uno de los libros que más me impactaron al tiempo que me ayudó a comprender el drama de la América Latina, El mundo es ancho y ajeno, como bien decía su autor Ciro Alegría… El mundo es ancho y ajeno, que lo sigue siendo en estas páginas y en la vida, para cuantos no tienen más capital que sus brazos y lo andan a pie.


Sigo soñando con América. 2José Luis Cuendia, Guendy


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