utilizando el enfoque para sujetos en movimiento. Y llegó la fiebre del sábado por
la noche. Bueno, no llegué a tener fiebre, pero sí a transpirar de los ner- vios, sobre todo al principio, cuando llegué al evento y tomé conciencia de las once varas de la camisa en la que me había metido. Había mucha más gente de la que había imaginado y aún menos espacio y luz. Terrible. Era la situación ideal para un ataque de pánico que, por suerte, nunca me atacó.
Como para romper el hielo, hice algunas tomas a grupos de personas que estaban en las diferentes mesas distribuidas por el lugar. Luego traté de encontrar una ubicación más o menos buena como para fotografiar lo que aconteciera en la pista de bai- le, y me terminé decidiendo por algo que no era muy profesional que diga-
mos, pero bueno, la vista desde allí era muy amplia. Resulta que alguien sugirió ubicar el trípode, de un metro de altura, encima de la barra (mos- trador) donde se vendían las bebidas. Luego acercaron un cajón de cerveza al cual me trepé después de quitar- me los zapatos de tacón que llevaba y así, una vez ubicada tan estraté- gicamente, me relajé un poco más. Evidentemente, a la timidez también la tuve que dejar debajo de una silla, seguramente ayudada por la cerveza que me sirvieron para contrarrestar el calor humano que inundaba el es- pacio.
Finalmente, la pareja de tangue- ros invitados brindó un espectáculo hermoso y yo les pude robar algu- nas pocas tomas bastante decentes, dentro de otras tantas que, en mi consideración, podrían mejorarse. Como comenté en Moldeando la luz
al subir otra versión de la foto ele- gida para esta sección de la revista, alguien con más oficio y experiencia hubiera logrado mejores resultados, seguramente, pero quienes me con- vocaron para realizar esas fotogra- fías quedaron conformes y ése era el objetivo principal. Para mí, la velada de tango, tie-
ne el valor de ser la primera vez que hago un trabajo en fotografía, y se- guramente siempre recordaré con afecto y humor, lo que con el paso del tiempo serán las anécdotas de los comienzos. ¿O no es para la broma eterna el
hecho de que el trípode se extendía hasta 1.70m y yo me enteré el día después?
2Mª Bernarda Ballesteros
Leica quiere llegar a más gente Como casi todos sabréis, las cámaras Leica tienen un precio realmente alto para el consumidor habitual de
fotografía con un presupuesto de aficionado, así que no dejan de ser cámaras que se ven muy poquito y que son realmente exclusivas. La táctica de Leica desde 2005 (cuando reestructuraron la marca) ha sido clara: primero, volver a tener una
imagen exclusiva; y después se plantearían empezar a llegar a más gente; y la segunda fase parece que comien- za el año que viene en la Photokina. No han revelado muchos detalles pero se dice que podrían plantear una cámara del estilo de las SonyNEX pero con un visor electrónico integrado, algo que da la capacidad de no perder tanto la magia. En cualquier caso, no deja de ser un proyecto, y ya sabemos cómo son los proyectos de Leica…
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