dad y de la propia capacidad de elección. Nuestros miedos nos paralizan y nos hacen pequeños y vulnerables, son creados por no- sotros mismos y nos llevan a imaginarnos situaciones terribles que no sucederán, pero que las interpretamos como algo que
que sucedan para que tu cerebro guarde esta información. Tenemos que poner en práctica nuestros sentidos subjetivos para que podamos cambiar todas las programaciones negativas y establecer objetivos que mejoren nuestra calidad de vida y nos lleven a conse
inevitablemente va a llegar a suceder en un corto periodo de tiempo: y, lo peor de todo, lo vivimos como nuestra realidad……. Para nuestra mente no hay diferencia entre lo real y lo irreal, “Todo está en nuestra mente”. El cerebro tiene dos hemisferios: el derecho y el izquierdo. El hemisferio izquierdo se en- carga de la parte del lenguaje, de la lógica y de guardar las experiencias que adquirimos en el mundo exterior por medio de nuestros cinco sentidos.
El hemisferio derecho es el encargado de la creatividad, la intuición, y de guardar las ex- periencias que adquirimos en el mundo es- piritual y emocional. A través
de la
visualización, utilizando para ello nuestra imaginación, podemos resolver situaciones y problemas que desde el hemisferio izquier- do, utilizando la lógica y queriendo manipu- lar el mundo exterior, no somos capaces de solventar. Visualiza experiencias positivas que quieras
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guir los logros que queremos alcanzar. Cuando somos capaces de ampliar hacia otros aprendizajes y experiencias, nuestra despedida deja de tener un sabor a fracaso, y pasa a integrarse en la biografía de la persona que crece y se expande. Una gran parte de las salidas “reactivas” que las personas realizan ante una situación de rechazo puede señalar sutilmente una asignatura de la vida que no se aprendió totalmente,
que sigue pendiente y que en repetidas ocasiones estaremos viviendo de nuevo.
Conocernos a nosotros mismos, aceptar- nos y convivir, acelerará la consecución de nuestros éxitos, todo ello nos reafirmará en quiénes somos y qué queremos alcanzar; po- demos, está en nuestras manos el influir po- sitivamente en nuestros sueños y somos en gran parte responsables de la realidad que vivimos.
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