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LA FOTO DEL MES EN PORTADA


“...Y el firmamento entero se de-


rrumbó en un rayo”, escribió el poeta Leopoldo Lugones, como presagian- do esta foto, una fotografía difícil donde las haya, que sólo pueden conseguir los fotógrafos que, como Juanjo Arrojo, tienen detrás la expe- riencia suficiente como para captar una instantánea que supone una de- cidida apuesta en contra del tiempo y de la luz y aun, en el fragor de la tormenta, en contra del propio fotó- grafo que debe protegerse y prote- ger su equipo de las inclemencias del momento y de la furia desatada de una naturaleza que no entiende de arte fotográfico ni de oportunidades únicas.


Una foto difícil, efectivamente, y se diría que imposible si no fuera porque hay maestros del arte fotográfico ca- paces de arrancarle a la luz su secreto y a sus equipos todas las posibilida- des técnicas. He visto muchas fotos de rayos y tormentas; muchas fotos en las que el aleteo del rayo traza su zigzag como al desgaire, rompiendo la oscuridad del cielo con su vaivén insomne. He visto muchas de estas tomas, ya digo —cualquier buscador de Internet descubre cientos—, pero muy pocas como ésta que merecería ocupar la portada del National Geo- graphic y sin embargo viene a llenar la nuestra de LUZ Y TINTA, un lujo reser- vado a este proyecto de Moldeando la luz que cada día se hace más gran- de con aportaciones de este tipo. Juanjo Arrojo ha titulado esta foto


“Tormenta y relámpagos”, un título muy descriptivo del que está ausen- te, sin embargo, la dificultad apun- tada, pues una tormenta no es cosa de broma y hay que resguardarse adecuadamente, y eso Juanjo lo sabe bien, como buen asturiano habituado a un clima sin contemplaciones. Y fal- ta también en ese título y la descrip- ción que de la propia foto hace en la


Tormenta y relámpagos


página el aludir a la dificultad técnica que encierra, pues no se trata sólo de acertar con la adecuada apertura del diafragma y con el tiempo de la ex- posición o un encuadre que no debe dejarse al azar —la regla de los tercios es implacable cuando de cielos se tra- ta—, ya que, además de todo ello, hay que contar con un poquito de suerte


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para disparar en el momento justo y con mucha experiencia detrás para conseguir ese equilibro entre luz y oscuridad; esa armonía de contrarios que, en definitiva, se llama arte y sólo se consigue trascendiendo y superan- do las dificultades.


1Francisco Trinidad


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