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te el Pachamana, a la madre tierra; al Tawantinsuyu que tiene el arco iris por bandera. He viajado por casi todos los países de América


del Sur, pero después de conocer los pueblos andi- nos, las gentes de los altiplanos, las comunidades de indígenas, las ollas comunes, los pueblos de des- plazados, los rostros y caras de los niños, ancianos, mujeres y hombres…, han quedado gravadas para siempre en mi mente y en los haluros de plata de mis fotografías, aquellos instantes eternos de la comuni- dad sembrando, de las mujeres hilando, la comuni- dad bailando, las llamas pastoreando, o celebrando la construcción de la casa del vecino, de los presos en las cárceles, de las murallas incas señalando los límites de la codicia europea y quizás por ello, casi to- das las mañanas cuando me levanto y abro las ven- tanas de mi casa, miro al horizonte y pienso en mis privilegios y en aquellos rostros que nunca olvidaré, así que me digo recordando a Benedetti, uno de mis poetas preferidos, El Sur también existe, tengo que volver pisar América, necesito volver a recorrer los mismos lugares…


2José Luis Cuendia, “Guendy”


respondían con su amabilidad y su organización mi- lenaria.


Eran tiempos difíciles, yo intentaba con mis cá- maras atrapar la historia de ternura y violencia de las comunidades andinas, cuando el señor Fujimori con su gobierno y muchas pistolas obligaba a votar los peruanos una nueva constitución donde se incluía la pena de muerte y donde por vez primera las letras dicen que la inembargabilidad de las tierras de los comuneros ya no hace falta. Tampoco hacia falta ponerlo por escrito, porque compañías yanquis o transnacionales, como las de las minas de Cerro de Pasco Corporatión, o latifun- distas y caciques criollos han ido robando las tierras comunales a los habitantes autóctonos del Ande má- gico.


Del andino, que sustenta su esperanza en la Co- munidad. En sus comedores populares diferentes a los de la costa. Que me recuerda el alzamiento de Tupac Amaru, y la revuelta, y la tempestad, ahogada en sangre. El andino que celebra comunitariamen-


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