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20N, SIN EFECTO RUBALCABA: ELECCIONES EN ESPAÑA Desde que empezaron a circular los rumores


de su candidatura, se comenzó a hablar del “efec- to Rubalcaba”, es decir, la idea que el PSOE aumen- taría sustancialmente su intención de voto con la incursión del que fuera profesor de la Universidad Complutense. El primer spot de la campaña, donde se dejó de lado la figura del partido y se priorizó al candidato mediante una serie de atributos que co- menzaban con la letra “r”, impul- só esta creencia. No obstante, la campaña nun-


pero eso no impidió que siete de cada diez españo- les acudieran a los colegios electorales, --cifra muy alta comparada, por ejemplo, con México, donde en las últimas elecciones federales se alcanzó apenas el 45% de participación--, que, sin embargo, resultó dos puntos menor comparada con 2008. Esta vez las encuestas no fallaron y el PP obtuvo


“LA CLAVE ESTÁ


ca fue a más. Si bien los socialis- tas lograron escalar unos cuantos puntos después del anuncio de la candidatura de Rubalcaba, no tardaron mucho en perderlos. El slogan se modificó dos veces: del “escuchar, hacer, explicar” pasa- ron al “Rubalcaba, sí” y después, en la parte final de la campaña, in- tentando recuperar el voto histó- rico del partido, se enfundaron en el “pelea por lo que quieres”, ha- ciendo un intento por colocar en la agenda los avances en política social del gobierno de Zapatero y contrastándolos con los posibles recortes que haría el PP en esta materia. La campaña del PP nunca fue tan sencilla. El pro-


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pio partido sabía desde un inicio que más del 95% de su electorado estaba ya activado y que única- mente necesitaba contar los días para proclamarse vencedor de la elección. Planearon una estrategia conservadora, de escasas promesas, enfundados en el cambio y evitando, a toda costa, responder a los ataques de los socialistas. El slogan “súmate al cambio” recogió el sentir de


la mala administración de Zapatero y la necesidad de un nuevo partido en el gobierno. Además, contrastó con el agresivo tramo final de campaña de Rubalcaba. Los spots reforzaron el mensaje de unidad, consenso y esperanza centrados en la crisis económica. El 7 de noviembre se llevó a cabo un único en-


cuentro entre los candidatos. De acuerdo con el consultor español Carlos Correa, el debate es la prolongación de la estrategia en un punto determi- nado de la campaña. Rajoy llegó en un momento mucho más cómodo, encabezando las encuestas e intentando dar una imagen conciliadora, tranquila y de consenso. Por otro lado, Rubalcaba debía cum- plir un objetivo mucho más complicado, activar a su electorado, y que intentó alcanzar a través de fuertes cuestionamientos al programa del Partido Popular. “La clave está en no cometer errores, y este debate no pasará a la historia como el que cambió el rumbo de las elecciones”, puntualizó Correa en entrevista para la Cadena Ser de Madrid. En ese tenor, llegó el tan esperado domingo 20 de noviembre. La lluvia se hizo presente en el país,


Febrero 2012


EN NO COMETER ERRORES, Y


ESTE DEBATE NO PASARÁ A LA


HISTORIA COMO EL QUE CAMBIÓ


EL RUMBO DE LAS ELECCIONES”


186 escaños, diez por encima de la frontera de la mayoría absoluta, mientras que el PSOE solo logró 110 diputados en el Congreso. El 44.62% de los vo- tantes se inclinó por el PP, 28.73% por el PSOE, 6.92% por Izquierda Unida, 4.69% por Unión Progreso y Democracia y el resto se repartió entre los partidos nacionalistas. A pesar de tener a su favor el


factor de la crisis, un resultado positivo en las elecciones muni- cipales y un grave desgaste de sus rivales socialistas, el PP solo creció 4% respecto de las eleccio- nes de hace tres años. El PSOE re- dujo su índice de sufragios en un 15%, que se tradujo en la pérdida


de más de cuatro millones de votos. ¿A dónde se fugaron esos votos? El País, a partir


del los datos de Metroscopía, indica que la fidelidad del voto para el PP fue de 90% y en el PSOE solo del 60% respecto de 2008. De esos sufragios perdidos por los socialistas, poco más de un millón fueron a parar a las arcas de Rajoy, 700 mil a Izquierda Unida, 450 mil a UPyD, 130 mil a CiU y 920 mil españoles prefirieron votar en blanco que al Parti- do Socialista, escalofriantes cifras para un partido acostumbrado a competir. Más que un arrollador triunfo del PP, el 20N se puede ver como el día que el PSOE sufrió una fuga masiva de votos. El efecto Rubalcaba nunca llegó. Mariano Rajoy no solo afrontará la crisis econó-


mica, sino que tendrá que hacer mayores esfuerzos en el tema de comunicación. A partir de ahora ya no le valdrá esconderse, evitar los ataques y sentarse a esperar los resultados porque, a pesar de que sus promesas de campaña fueron prácticamente nulas, el PP llegará a La Moncloa como resultado de la re- cesión y España no tendrá mucha paciencia con el nuevo gobierno, que debe comenzar a dar resultados económicos más temprano que tarde. En el caso del PSOE, además de una fuerte sacudida desde sus ba- ses, pues el resultado electoral fue desastroso, debe buscar posicionarse como un partido de oposición responsable con un liderazgo claro con miras a las elecciones del 2015, si no es que se celebran antes.


*Enrique López Alonso Analista político mexicano. @lopezalonso88


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