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cializadas en explotar los recursos de las zonas desérticas donde se alimentan de semillas y brotes tiernos. En cambio, los loris (también presentes en Australia) ha- bitan zonas más arboladas donde tienen disponibilidad de frutas, flores y néctar. Por lo tanto, podemos deducir que las
necesidades nutricionales de estas espe- cies que viven en hábitats distintos y que han desarrollado especializaciones trófi- cas distintas son diferentes. No todos los loros comen ni pueden comer lo mismo. Este es un concepto muy importante.
Su dieta en los hogares La dieta que ingieren las psitácidas
en vida libre es inviable de reproducir y de aplicar en los hogares. Por una par- te, resulta imposible proporcionarles los mismos alimentos que seleccionan volun- tariamente en sus hábitats de origen, ya que sólo una muy pequeña parte de estos alimentos son accesibles. Por otra parte, las necesidades nutricio-
nales de las psitácidas cambian sustancial- mente en una situación de cautividad. Así, por ejemplo, cuando valoramos el consu- mo energético que necesita ingerir un loro en cautividad debemos tener en cuenta que puede llegar a ser hasta un 30 % inferior al de su congénere silvestre. En la naturaleza, un loro tiene que recorrer lar- gas distancias en la búsqueda constante de alimentos. Por ello, podemos concluir que una dieta óptima para un ejemplar silvestre pasaría a ser inadecuada para este mismo ejemplar en situación de cau- tividad.
Es importante que los productos que ofreces indiquen de forma explícita que están dirigidos a la especie de psitácida que el cliente quiere alimentar.
En cualquier caso, el objetivo debe
centrarse en proporcionar a cada loro la dieta más adecuada: la que cubra sus particulares necesidades nutricionales, teniendo en cuenta la especie, y su esta- do fisiológico. Alcanzar este objetivo puede supo-
ner una labor realmente compleja si la alimentación pretende basarse en dietas mixtas compuestas de frutos secos, se- millas, frutas, verduras y complementos nutricionales. Los animales no hacen una selección correcta por diversos factores, entre ellos porque no lo han podido aprender de sus congéneres (la selección de los alimentos en vida libre es en parte un tema cultural). Aquí es donde toman su verdadera importancia los alimentos completos: los piensos y las papillas. Cuando están correctamente diseñados, los alimentos completos permiten cubrir a la perfección los requerimientos nu- tricionales de cada tipo de loro en cada momento. Queda claro que seleccionar de manera
adecuada la fórmula de pienso o papilla a suministrar a un loro resulta realmente importante. Un único producto no pue- de cubrir correctamente las necesidades nutricionales de todas las especies que se
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mantienen en un hogar. Cuando un pro- pietario busca un producto, debe saber para qué especies se ha desarrollado. Por ello, es importante que los productos que le ofreces indiquen de forma explícita que están dirigidos a la especie de psitá- cida que quiere alimentar. En la actualidad, la gama de piensos y
papillas específica para cada una de las distintas especies de psitácidas en sus distintos estados de desarrollo es muy amplia. Con una correcta selección, el propietario de un loro garantizará su sa- lud y aumentará su bienestar presente y futuro.
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Una de las particularidades que más destacan en el grupo de los loros es su amplia gama de coloraciones y su gran vistosidad.
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