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peluquería
¿Por qué huelen mal algunos perros?
Un profesional tiene que saber dar alguna respuesta a un cliente que se presenta con un caso como este.
LIDIA GUERRERO MARTIN DOGO PETS CARE
¿Por qué mi mascota huele muy mal? Esta
pregunta se la formula más de una perso- na, tanto un particular que tiene un perro con este problema como aquel profesional que tiene que dar alguna respuesta delante de un cliente con un caso como este. Es un caso un poco peliagudo según
como se mire. Si el animal huele de manera normal (lo habitual en un perro) y es cosa del olfato del propietario, el problema está resuelto: se le aconseja un inhibidor de olo- res, colonias o perfumes exclusivos para ca- nes. Pero si el caso es que realmente el perro genera más olor de lo normal, lo primero que se suele pensar es que el can está mal alimentado, que no lo bañan lo suficiente o que tiene alguna patología en la piel. Pues bien, si el animal recibe sus baños
pertinentes para conservar un nivel de hi- giene óptimo, se tendrán que analizar los distintos aspectos que le provocan el mal olor o hedor.
No se tiene que descartar la posibilidad de alguna patología en la dermis que provoque el mal olor en el animal.
La alimentación El hecho de dar las sobras de las co-
midas a las mascotas no es ningún de- lito. El problema viene al darles comida casera como menú diario que, aparte de que puede traer consigo una nutrición mal
equilibrada, provoca que el cuerpo del animal huela más. Es uno de los motivos que también hacen que se suela recomen- dar piensos de calidad para cubrir las ne- cesidades alimenticias, incluso acompaña- dos de complementos nutricionales para cubrir algunas carencias de estos seres tan queridos.
Patologías dermatológicas No se tiene que descartar nunca la po-
sibilidad de que el animal presente algu- na patología en la dermis que provoque el mal olor e incluso hedor en el perro. A veces, una inspección veterinaria puede dar un diagnóstico cuya conclusión sea que el problema viene por algún tipo de disfunción o algún síntoma de alguna enfermedad. Un chequeo a tiempo con un veterinario sería lo recomendable para descartar posibles enfermedades silenciosas.
La piel Se tiene que tener en cuenta que la piel
canina tarda hasta cuatro días en secarse después de haber realizado un baño. Con esta premisa, se tienen que valorar cuáles son los hábitos de la mascota, o la del pro- pietario, a la hora de marcar su frecuencia de baños. A muchísimos perros les encanta el
agua, y solo con olerla, si pueden y sin pensárselo, se tiran dentro. Esto sucederá si se hacen paseos con él por zonas con ríos, pantanos, mar, etc., o si el propietario tiene alguna balsa o piscina: seguro que se meterá dentro. El problema viene cuando esto lo hace casi a diario; la piel nunca está seca y, al final, puede provocar el mal olor. En el caso de que sea el propietario
a quien le gusta bañar a su mascota de manera muy periódica (en menos de una semana), el problema es el mismo: la piel
Terapias alternativas
Al igual que con las personas, no se tiene que descartar la alternativa de consultar en un especialista en terapias naturales para poder ayu- dar. En muchos casos, por el motivo que sea, no se logra encontrar el problema del mal olor perruno. Al igual que se ha consultado a un veterinario, sería muy bueno reco- mendar pasar por alguna terapia natural como puede ser el Reiki, Flores de Bach, cromoterapia, etc.
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estará muy limpia, incluso excesivamente, pero la piel siempre estará húmeda. Aun- que los champús que se utilicen sean de uso veterinario o para tratar patologías, no es aconsejable. Parece contradictorio, pero en el caso
de los perros, aunque tenga una enferme- dad en la piel como los hongos, y se esté tratando con un champú especial para es- tos casos, lavarlo en menos de cinco días no es muy aconsejable. En muchos casos lo único que se consigue es crear un cír- culo vicioso, ya que se intenta erradicar algún patógeno de la piel pero, a la vez, se perjudica al perro con un excesivo nivel de humedad. Nunca se acaba de solucio- nar el problema y, al final, se llega a la conclusión de que “el perro es así”.
Las razas y sus tendencias Muchas veces se suele señalar que algu-
nas razas tienen tendencia a producir mal olor. No está del todo claro ni está demos- trado que esto sea así, pero en algunos ca- sos parece ser que sí. Sin embargo, se ha de tener en cuenta también que, dependiendo de la raza de la que se trate, sí es verdad que tienen una gran afinidad por tirarse a la piscina, balsa o rio, para refrescarse o porque sencillamente les encanta. Es el caso por ejemplo del Labrador o Golden Retrievier, grandes amantes del agua. Esto hace que si lo hace regularmente, como se ha comentado en el anterior punto, la piel esté húmeda de manera muy frecuente y puede generar mal olor con el tiempo. A veces, los casos son muy difíciles y no
se logra detectar cual es el motivo o moti- vos exactos de la generación del mal olor excesivo, pero por suerte no son muchos; sencillamente es que no se ha dado con la clave y que, a veces, con actos sencillos se puede encontrar la solución.
Ingrid Prats/
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