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en portada Del mismo modo, la higiene es funda-


mental, porque es otra de las preguntas frecuentes por parte de los futuros pro- pietarios. La jaula debe limpiarse a diario, junto


con las tareas de reponer comida y agua. La reposición implica la limpieza de co- mederos y bebederos. Esto evita las en- fermedades y facilita el control de salud por parte del que ejecuta la acción. De la misma forma crea una rutina de ma- nejo que afianza la confianza del animal con su dueño. El vendedor debe de saber que las aves disfrutan con los resultados de una jaula recién limpia con comida y agua nuevos. Es un refuerzo positivo dia- rio para ambas partes.


El vendedor podrá canalizar la venta de la especie según las circunstancias personales que le transmita el comprador.


Producción de suciedad Podríamos hablar mejor de desorden.


En general los loros desperdician y tiran gran parte de la comida que les vamos a ofrecer. Parte de ese alimento produce desperdicios como las cáscaras de las se- millas o restos de fruta. También producen polvo de pluma, que


en sitios ventilados casi no es perceptible. Pero en el interior de un apartamento se nota en poco tiempo. Algunas especies poseen incluso un


olor característico con el que hay que con- tar en el caso de los olfatos más sensibles. No son aspectos negativos, son sólo


realidades con las que el cliente debe con- tar desde el principio. Y dependerá de la


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habilidad de la persona situada detrás del mostrador la forma de comunicárselo de forma conveniente: sin alarmar pero ase- sorando. El comprador lo agradecerá.


¿Qué especie recomendar? Las que estén disponibles en el momen-


to serán las adecuadas dentro de las cir- cunstancias concretas de cada cliente. Dar esperanzas sobre una especie concreta de la que no se dispone suele provocar de- cepciones y esperas eternas que obligan al cliente a mirar en otros sitios. Aunque hay especies estrella, como los


amazonas y los loros grises, muchas otras son más adecuadas dependiendo del tipo de aficionado. Principiantes, compradores impulsivos,


gente sin experiencia con aves, niños, etc., son los clientes que necesitan buenas res- puestas y buenos pájaros.


Asesorar con garantías El origen de los loros es muy impor-


tante, quizás lo más importante. La pro- cedencia tiene que tener una garantía. Si


los ejemplares proceden de un núcleo zoológico reconocido, con buenos resul- tados de cría y que testa sus aves contra las enfermedades más habituales, la ven- ta es fácil, puesto que vendedor y cliente cuentan con una tranquilidad de fondo. Cualquier otra procedencia que no pue- da certificar anillas cerradas, fechas de


nacimiento o control veterinario, es un riesgo innecesario que no puede respal- dar los consejos de una tienda especiali- zada en animales.


¿Es cierto que...?


Los ejemplares machos hablan más que las hembras l


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Hay que recordar siempre que cada ejemplar tiene sus habilidades incluso dentro de la misma especie.


Siempre hablará más un loro que viva solo en una casa sin otras mascotas a quien imitar.


Los loros viven más de 100 años l


Hay una creencia popular de que los loros viven más de 80 y 100 años, pero la realidad es que a partir de los 20 ya comienzan a ser animales longevos. En el caso de los guacamayos, superar los 45 no es infrecuente pero tampoco lo habitual.


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El cliente debe ser consciente de que viven más que un perro o un gato y esto exige una cierta planificación de responsabilidad en el tiempo.


Un loro criado a mano es mejor que uno criado por los padres l


Un loro criado a mano por un criador experto con las atenciones y los conocimientos adecuados será un animal cariñoso y sano. Pero muchos factores podrían cambiar esta situación, y el cliente debe saberlo. Un loro puede mostrarse agresivo por diferentes circunstan- cias, en algunos casos por factores ambientales o de conducta pro- pios de su especie y del entorno.


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Un loro criado por los padres suele ser la mejor mascota. Cariñosa con su dueño, independiente y sana en todos los aspectos, también psicoló- gicamente. Los criados por sus progenitores en contacto directo con las personas que atienden a las aves durante el periodo de cría son anima- les muy tranquilos y que dan muy pocos problemas a lo largo de su vida.


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Aunque en ambos casos, criados a mano y por los padres, su comporta- miento se modifica durante los periodos de celo o ante cambios y situa- ciones en su entorno, lo normal es que los de cría natural logren ser más estables, aceptando mejor los cambios y su condición de ave.


Reproduciéndoles continuamente una palabra acabarán repitiéndola


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Cedés, programas de ordenador, deuvedés que repitan palabras con- cretas pueden lograr que algunos ejemplares añadan palabras a su repertorio, pero es infrecuente y depende de múltiples factores. Los loros más propensos a hablar son aquellos que desde jóvenes viven su vida cotidiana continuamente al lado de personas. Si hay otras mascotas ten- derán a repetir antes sonidos que provengan de éstas.


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