EDITORIAL


ADAPTACIÓN, LIBERTAD Y TIEMPO DE REFLEXIÓN TODO LO QUE LA PERSONA Y LA EMPRESA NECESITA


Jorge Salinas Presidente de Atesora


Reflexionando sobre mi reciente viaje por tierras africanas, tres cosas me han llamado la atención mientras pilotaba una avioneta desvencijada entre Sudáfrica, Botsuana y Zimbabue: La lucha por la supervivencia, la libertad de movimientos y el tiempo infinito. En el desierto del Kalahari conviven personas y animales sometidos a temperaturas extremas entre el día y la noche. Allí sobreviven los más astutos, los más rápidos y los más persistentes pero, sobretodo, los que


salen adelante son los que demuestran una mayor capacidad de adaptación al medio. Los que son capaces de ajustar sus expectativas y sus habilidades al entorno en el que viven. Algunos intentan camuflarse y pasar inadvertidos, como hacen muchas compañías en situación de cambio y transfor- mación del mercado, esperando que pase la “marea”. Cuando menos se lo esperan, el depredador cae encima y se convierten en víctimas del medio.


La abundancia de fauna y flora adornan los verdes paisajes acuosos del delta del Okavango. Ele- fantes, hipopótamos, cebras, impalas y ñús caminan sin rumbo fijo sobre las interminables praderas atrapadas entre los brazos del delta. La libertad de movimientos caracteriza la región. Esa libertad de la que no hacen uso personas y empresas alimentados por la falsa creencia de que ellos no pue- den hacer más de lo que hacen. Se sienten encerrados en una urna de cristal que no ven pero donde están atrapados. No saben ir más allá.


Para los leones y leopardos del Parque Kruger, en Sudáfrica, el tiempo es infinito. Pasan las horas tumbados sobre la cálida arena de los cauces secos de río. No pretenden pasar inadvertidos, tan sólo esperan su oportunidad. No viven la imperiosa necesidad de obtener resultados a corto y, como ocurre en algunas organizaciones, dar beneficios inmediatos. Conocen sus posibilidades y confían en sí mismos. Saben que si se mantienen en buena forma aprovecharán lo que la vida les ofrezca.


Cuando pienso en los ocho años de vida de Atesora, tengo la impresión de que hemos tenido la paciencia de un león, la libertad de movimientos de un elefante que se desplaza lento pero seguro, y la agilidad de un impala para dar soluciones y responder a las necesidades de nuestros clientes. Estamos a las puertas de un verano que suele ser un tiempo propicio para reflexionar y re-pensar- nos. ¿Es aquí dónde quiero estar? ¿Cada día que pasa, estoy más cerca o más lejos del futuro que quiero para mí? Adáptate al medio, muévete con libertad y tómate tu tiempo para decidir, desde el convencimiento de que tienes todos los recursos personales, para disfrutar una vida plena.


Os deseo un verano exitoso lleno de reflexiones y actividades excitantes. Jorge Salinas. Presidente de Atesora 5


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