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perros 35
El antiladridos
electroestático (y II)
FranCisCo
JaVier ibÁÑez
dorronsoro
psicÓlogo
El collar antiladridos no funciona como presión. El trastorno clínicamente no tie- iBÁÑez, setter
un instrumento de castigo. Un sistema de ne demasiada importancia, porque tiene Bakio, s.l.
castigo suave como éste, estaría condena- una solución muy sencilla, pero es algo Imágenes cedidas
do a la habituación y fracasaría. Su altísi- que debe evitarse. por la empresa
ma eficacia se basa en que funciona como No se debe colocar a animales enfer-
un refuerzo o premio negativo. Los refuer- mos ni a perras preñadas.
zos se utilizan para instaurar conductas.
Por tanto, el antiladridos no ha sido dise-
ñado para castigar los ladridos, sino para
reforzar la conducta de no ladrar.
Es como la coronación de trozos de
cristal que se pone en algunos muros
para disuadir a los ladrones, o como el
antilameduras que se le pone al perro
en una herida o en un mueble para que
no chupe ni muerda en aquella zona.
La mayoría de los perros, cuando se
les coloca por primera vez el antiladri-
dos y ladran, no entienden nada. La se-
gunda vez se dan cuenta de que aquella
sensación desagradable se produce por
el ladrido y por el collar. A partir de ese
momento, ni ladran, ni aúllan, ni gruñen
cuando llevan el antiladridos.
Por tanto, este collar entrena en el si-
lencio sin castigar, porque como el perro
no ladra, no hay nada que castigar.
No se debe
recomendar ni vender
este collar cuando se
sospecha que se va
a hacer un uso
abusivo del mismo.
Sugerencias deontológicas
para su venta
El cliente debe saber que el antila-
dridos no elimina el ladrido definitiva-
mente. Otorga un autocontrol total sobre
éste, pero sólo mientras el perro lleve
puesto el collar.
Es inhumano que un perro no pueda
ladrar nunca. Este aparato ha sido diseña-
do para ayudar al perro en su adaptación
a la sociedad humana, evitando que ladre
mientras los propietarios están trabajando,
durmiendo, o disfrutando de su ocio, pero
no para instalarlo definitivamente en el
cuello del animal. No se debe recomendar
ni vender cuando se sospecha que se va a
hacer un uso abusivo del collar.
Se debe revisar de vez en cuando el
cuello del perro para descartar una aler-
gia al metal. Además, es importante que
el propietario sepa que si el antiladridos
permanece muy apretado al cuello del
animal más de catorce horas diarias,
puede llegar a producir una necrosis por
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