[…] Para esta puerta sorpresa en particular nos hemos inspirado en el recuerdo de cuando, de niños, comprábamos caramelos y chucherías a las monjas de clausura. Se servían de un mecanismo giratorio similar a esta puerta. Nosotros poníamos el dinero y aparecían los caramelos. Una especie de forma secreta de entrar, de una manera religiosa […]