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J.J. RENDÓN


o llaman J.J. De hecho, así le gusta que le digan. Llamarlo Juan José re- sulta ajeno. En cambio, mencionar sus iniciales en el mundo de la polí- tica de toda Iberoamérica remite de inmediato a un personaje que a la vez es querido y odiado. Tanto, que ha aprendido a dividir su vida para dormir a gusto: “He decidido dividir


“DICE QUE


NO FUE UNA DECISIÓN RA- CIONAL, POCO A POCO SE FUE ENAMORAN-


DO DE LO QUE HACE JUSTO AHORA”


mi faceta de consultor, a la de mi vida personal. En- tonces así, cada noche, mientras mis enemigos me maldicen, yo duermo tranquilo. Le pegan al consul- tor, al personaje. No a mi”. En entrevista para Campaigns & Elections, Ren-


dón hace un viaje al pasado y recuerda su hogar infantil. Hace memoria, y cuando su madre apare- ce en escena se remite a la afición política que ella tenía, a la pertenencia de esta mujer al Partido Ac- ción Democrática de Venezuela. “Mi mamá estuvo a la voluntaria, nunca se aprovechó de la política. Yo viví en mi casa una política sana”, remite. Ex director de teatro y de cine, escritor de discur-


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sos como favor especial a los amigos y consultor de un amplio número de presidentes de América Lati- na, J.J. nos cuenta cómo se fue acercando a la políti- ca. Era –dice- una cosa que no me la tomaba tan en serio. No fue sino hasta 1987 cuando al escuchar a Joseph Napolitan, en una visita a Venezuela -gracias a Diego Arria-, le hizo cambiar su perspectiva. Des- pués, narra, a los 24 años tuvo la oportunidad en un movimiento de campaña llamado Venezuela 2000 -dirigido por Héctor Alonso López-, para la campaña presidencial de Carlos Andrés Pérez, de 1987. Desde este año hasta el ‘93, se dedicó a hacer gobernado- res, alcaldes y campañas en el caribe. Luego vino la campaña de Caldera, a donde fue llamado. Y así, su ingreso a la consultoría política se fue dando. Dice que no fue una decisión racional, poco a poco se fue enamorando de lo que hace justo ahora.


C&E. Y en estos 25 años de carrera, ¿cuál crees que ha sido el mayor aporte que has hecho a la disciplina de la gerencia política? J.J. La disciplina estratégica, y la aplicación del método científico de la sociología, psicología y an- tropología a la consultoría. El aporte de la parte publicitaria es que hemos sido innovadores y au- daces. Aparte damos muchas conferencias, cursos, seminarios, nos gusta promover gente joven. Hay un gran esfuerzo de la empresa por estimular nue- vas generaciones preparadas en el tema (compartir bibliografías, hacer tutorial de tesis y doctorado), apoyarlas para que la gente se mejore. Y por último creo que es el rescate de una cosa que yo llamo el “alternativismo constructivo”, ya que para cada problema no existe una referencia teórico metodo- lógica o una solución única, nosotros aplicamos la “ingeniería del conocimiento”. Y sí, hay disciplinas


Septiembre · Octubre 2012


distintas de lo humano y de las ciencias sociales que uno debe conocer suficiente para poder usar cuan- do son pertinentes para que no se vuelva un esque- ma repetitivo que siempre usa la misma técnica y practiquemos la constante innovación.


C&E. En tus palabras, ¿Qué es lo que haría a un buen consultor? ¿Cuáles serían las cuali- dades que debería tener un buen consultor? J.J. Primero creo que hay que tener vocación o pa- ciencia. Segundo, interés en entender -sin mayores prejuicios- la naturaleza de lo político y de lo hu- mano. La lucha por el poder, el servicio público, el interés de tener una sociedad mejor y llegar a ser más civilizados. Yo creo que ni siquiera somos un planeta de civilizado. Entonces en este camino, si a ti te interesa ser participe, o eres de los que ven pasar las cosas, de los que les pasan las cosas o de los que les gusta hacer que las cosas pasen. Hay que tener la resistencia, la tolerancia y la impermeabi- lidad para digerir culturas diferentes. Te tiene que gustar un poco el desarraigo, un poco lo cosmopo- lita, un poco ser ciudadano de Latinoamérica o del mundo. Y la flexibilidad para entender que en cada lugar tú no puedes estar trasladando tus preferen- cias, tus ideas, tus sesgos culturales, prejuicios, sino que te toca reaprender constantemente. Tienes que valorar si te gusta este mundo de incertidumbre, de


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