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distintas derrotas, su estrategia pasara por man- tenerse viendo como los demás candidatos iban quedando en el camino, ayudándoles en la caída cuando era necesario, y presentarse como el único verdaderamente presidenciable. Ha sumado un to- tal de 1,512 delegados, con lo que supera amplia- mente los 1,144 necesarios para salir nominado en la primera votación de la convención.


LECCIONES DE LAS PRIMARIAS La primera lección de estas primarias no es nueva. Como suele recordar Karl Rove la organización es el elemento más importante de la campaña, más incluso que el mensaje. Para sacarla adelante no es necesario contar con financiación desde el princi- pio. La experiencia de Obama en las primarias de 2008 demuestra que este entusiasmo puede ter- minar traduciéndose en organización competitiva, pero es necesario ir construyendo esa organización con inteligencia y con tiempo, mucho tiempo, algo que Santorum no consiguió. La necesidad de consolidar coaliciones afines


desde el principio también resulta aleccionador, la división en este tipo de procesos de personas con proyectos parecidos, como el caso de Perry, Santo- rum y Gringich, resulta siempre suicida. No se trata sólo de presentar una candidatura unida durante las primarias sino de crear una candidatura abierta a la que, sea cual sea el tono de las primarias, pue- dan seguir sumando los que se van quedando por el camino, algo que Obama logró a la perfección en 2008 y que los republicanos no han conseguido ha- cer, excluyendo por el tono agresivo de las prima- rias, a grupos como los hispanos a los que va a cos- tar mucho recuperar. En ésta línea se plantea uno de los retos de Romney para los próximos meses: tener en cuenta de alguna manera a sus oponentes en las primarias, a los que de momento parece ha- ber dejado olvidados. Tampoco es bueno olvidar que la agresividad


de la campaña no perjudicará necesariamente du- rante la elección presidencial. En España se suele decir que lo que no mata engorda, aunque sea sólo al que consigue sobrevivir. A pesar de haber sido designada por mucho como la campaña más ne- gativa de la historia (más de la mitad de los anun- cios emitidos sirvieron para atacar a algún pre- candidato rival), las primarias han servido como filtro de cara a la elección presidencial. Esto, que ya sucedió con Obama en 2008, servirá para redu- cir la eficacia de los ataques de Obama, que está desarrollando una agresiva campaña, destinada a llevar el marco de la elección hacia la elección en- tre la clase media y los millonarios. Otro elemento fundamental, aplicable a cualquier


proceso de primarias, es la necesidad de adaptarse a sus tiempos. Frente a las estrategias de impacto de sus competidores, Romney acertó al entender el pro-


LECCIONES DE UNAS PRIMARIAS


ceso como una carrera de fondo en la que su objetivo fundamental era aguantar, desgastando a aquellos que en algún momento se presentaron como alterna- tiva y evitando sufrir accidentes por el camino. De esta manera Romney se enfrentará a la elec-


ción de noviembre con posibilidades. Las primarias parecen haber servido para centrar a Romney, vita- lizar a sus apoyos, y situarle en una posición envi- diable en la recaudación de fondos, llegando incluso a superar a Obama en los últimos meses, algo difícil de creer tras las espectaculares cifras de 2008. Sus esfuerzos están centrados en reforzar su


imagen, humanizándola y destacando su perfil de gestor de éxito, ya sea como Gobernador de Massa- chussets como de hombre de negocios, con éxitos como la organización de los juegos olímpicos de invierno en Salt Lake City en 1992. Podemos decir que Romney representa un ideal norteamericano (negocios, familia) actualizado que, por curioso que pueda parecer, no resulta nada arcaico. Al problema que arrastra desde la campaña de 2008, su incapaci- dad de entusiasmar, de “carisma” diríamos en Espa- ña, se ha unido durante la campaña una serie de re- velaciones derivadas de su condición de millonario y la gestión de su fortuna, especialmente en lo que afecta a la transparencia fiscal y a su preferencia por los paraísos fiscales, que en la situación actual, genera un gran rechazo entre aquellos que lo están pasando tan mal. Además, aunque de momento no se ha convertido en tema de campaña, sigue en el aire la duda sobre cómo podría afectarle electoral- mente su condición de mormón practicante. Su gran reto sigue siendo aglutinar las distin-


tas almas del Partido Republicano, y lograr que se involucren de manera activa, tanto en la financia- ción como en la movilización. La elección del vice- presidente, como la continuación de las primarias por otros métodos, ha intentado fundir estas dos almas en una candidatura conjunta. Aunque el pre- cedente inmediato, con la elección de Sarah Palin para apelar a esas bases, fue un auténtico fracaso, esta vez la personalidad de los dos candidatos, y los índices de aprobación/rechazo que suscita Barack Obama puedan servir para una unión que comple- mente el perfil de Romney, sin desmovilizar al elec- torado independiente. Quizás todo sea en vano y la situación de la econo-


mía norteamericana en noviembre sea el único crite- rio determinante a la hora de decidir si Barack Obama, un Presidente que en 2008 parecía invencible, se une a Jimmy Carter y George Bush en la lista de los últimos presidentes que no consiguieron la reelección.


Rafa Rubio Socio y Consultor de Dog Comunicación Doctor en Derecho Profesor en la Universidad Complutense de Madrid


BARACK OBAMA


JIMMY CARTER


GEORGE BUSH


“QUIZÁS TODO SEA EN VANO Y LA SITUA- CIÓN DE LA ECONOMÍA NORTEAME- RICANA EN NOVIEMBRE SEA EL ÚNICO CRITERIO DE- TERMINANTE A LA HORA DE DECIDIR SI BA- RACK OBAMA, UN PRESIDEN- TE QUE EN 2008 PARECÍA INVENCIBLE, SE UNE A JIMMY CARTER Y GEORGE BUSH EN LA LISTA DE LOS ÚLTIMOS PRESIDENTES QUE NO CON- SIGUIERON LA REELECCIÓN”


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Septiembre · Octubre 2012


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