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Reportaje // DOSSIER SALUD RESPONSABLE CORRESPONSABLES 28 47


La comunicación como un valor de la RSE en las organizaciones sanitarias


Que el sistema sanitario español está atravesan- do duras circunstancias como consecuencia de la crisis económica, nadie lo cuestiona. Que las dificultades presupuestarias están amenazando la sostenibilidad del sistema sanitario tal y como lo conocemos, tampoco es cuestionable. Pero, precisamente por los desafíos que la realidad nos pone, debemos ser capaces de encontrar alternativas en materia de gestión del sistema sanitario que supongan el mantenimiento o la mejora del servicio que se presta con los meno- res costos posibles. Y, créanlo, hay cosas para hacer en ese campo, concretamente en lo que se refiere a un profundo cambio en la forma de abordar los procesos de comunicación entre los profesionales socio-sanitarios y los pacientes y sus familias.


Las nuevas tecnologías de la comunicación han cambiado com- pletamente nuestra forma de relacionarnos, al punto de encontrar- nos ante una verdadera revolución en la cultura moderna. Y como parte de ese imparable desarrollo de las tecnologías de la informa- ción y la comunicación, hemos ido perdiendo de vista que, antes que un producto o una tecnología, la comunicación es una habilidad que tenemos las personas para relacionarnos con nuestro entorno físico y social.


El sistema sanitario es uno de los campos en los que esa ‘deshu- manización’ de la comunicación se ha hecho más palpable, cierta- mente desde antes de la irrupción de las nuevas tecnologías. Admi- tiendo que hay matices, lo cierto es que la comunicación entre los médicos y los pacientes y sus familias es uno de los aspectos en los que el sistema sanitario sigue presentando un profundo déficit. Las causas son variadas: una formación universitaria en la que la comunicación es una materia ausente o su valor es despreciado en comparación con los saberes especializados, una práctica profesio- nal que refuerza la autoridad de los médicos como poseedores de un saber específico que los hace dueños de nuestras vidas y, por qué no decirlo, la propia organización del sistema, que por masifi-


cación y falta de recursos limita el tiempo de consulta y termina convirtiendo a los pacien- tes en casos de estudio o simples historias clínicas, con pocas referencias a la historia personal y su contexto familiar y social. Esta deficiente comunicación entre profesionales y pacientes tiene un alto costo para el sistema sanitario en términos de diagnósticos impre- cisos (que muchas veces acarrean pruebas y prescripción de fármacos innecesarios) e in- satisfacción de los usuarios de este servicio público. Afortunadamente, esta situación está cam- biando poco a poco, porque cada vez son más los profesionales sanitarios que sienten la ne- cesidad de establecer un vínculo de confian- za, empatía y asertividad con los pacientes y


sus familias para mejorar el proceso clínico. Porque, como dice el Dr. Julio Mayol, responsable de la Unidad de Innovación del Hos- pital Clínico San Carlos; “la curación empieza por la comunicación”. Lo que estamos señalando es que la comunicación es un crite-


rio de calidad asistencial que todas las organizaciones sanitarias deberían tener en cuenta. Y la mejora en los procesos de comuni- cación no depende tanto de un importante desembolso económico (aunque necesario), sino más bien de la voluntad de darle la vuelta a ciertas prácticas institucionalizadas por parte de quienes tienen las responsabilidades de la gestión. Como en muchos otros campos, la realidad va unos pasos por delante de la universidad. Mientras trabajamos para que los planes de estudio de las carreras socio-sanitarias (y especialmente los de Medicina) se adapten a las nuevas demandas profesionales y so- ciales, nos toca desarrollar una tarea de concienciación dentro del propio sistema sanitario para recuperar el sentido primigenio de la comunicación: la de una habilidad que nos permite entendernos y establecer un vínculo personal, humano. Es tiempo de que los profesionales y, sobre todo, los gestores de las entidades sanitarias asuman este reto.


Desde su creación, tanto la ADEPS como la FUNDADEPS han considerado la labor del voluntariado como una de sus prioridades a la hora de desarrollar proyectos y programas, dirigidos sobre todo a la juventud y a las personas mayores. Asimismo, se ha formado a centenares de voluntarios/as que desarrollan sus actividades en numerosas organizaciones y entidades con las que se mantienen acuerdos de colaboración.


HERNÁN DÍAZ, director de Comunicación de FUNDADEPS–España Más información en www.corresponsables.com


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