This page contains a Flash digital edition of a book.
A partir de aquí, dragones disculpa


saba, era mejor que cualquier


o respuesta a la de- fensiva


-Puedes cambiar la forma en que te re- lacionas


conmigo,


quiero decir, algu- nos comportamien- tos cuanto necesitas algo de mí o cuan- do me dices lo que


piensas de lo que he hecho -Dame un ejemplo. -Pues la semana pasada cuando pasó lo de Fernando Alonso, me sentí como una ton- ta cuando te lo dije. Es cierto que fue una metedura de pata, pero por causas ajenas a mi trabajo. Yo lo tenía todo atado y en el último momento se me descuelgan con la cláusula de no competencia. -Entonces ¿cómo te habría gustado que reaccionara? -Me habría gustado que revisáramos juntas el proceso que yo había seguido para con- seguir este acuerdo, y que tú me ayudaras a no cometer errores. Cuando yo te cuento lo que ha pasado y tú me respondes “¡joder, Nadia!, ya has vuelto a meter la pata”, yo me siento mal porque pienso que descali- ficas todo mi trabajo, por tanto te pido por favor que en la próxima ocasión me ayudes a identificar qué ha pasado y a mejorar en mi gestión. Nadia estaba orgullosa de sí misma, de cómo había utilizado las cuatro fases de una conversación efectiva y el temple que había demostrado cuando lo decía. Aunque desde que lo comentó con Jaime tenía algu- nas dudas de como se lo iba a tomar Marga,


36


por su corporalidad parecía que lo estaba encajando bien. Nadia continuó diciendo: -Quiero que midas mi progreso y que me des feedback. No solo de mejora o cons- tructivo - o negativo, como Nadia decía antes de iniciar su proceso de Coaching- sino también positivo cuando crees que he hecho un buen trabajo. Tengo la sensación que en esta empresa se practica poco dar feedback de reconocimiento. Es como si cuando las cosas se hacen bien, eso ya es- tuviera descontado. “El feedback positivo va a la cuenta de ex- plotación de la compañía a través del com- promiso y el buen ambiente que se genera”, le había comentado Jaime. Marga escucha- ba un tanto atónita. Nadia nunca le había hablado así. Su tono era sereno y su exposi- ción respetuosa. No sentía rabia por lo que oía y tan solo una punzada de dolor que iba contra su orgullo de manager porque efec- tivamente no estaba muy acertada con esos comportamientos. -Mensaje recibido, Nadia. Lo que yo te pido a ti –dijo en ese momento Marga-, es que me pidas ayuda cada vez que tengas la sensación de que no controlas determina- das gestiones por una falta de experiencia. -Así lo voy a hacer a partir de hoy. Has- ta ahora tenía la sensación de que siempre estás muy ocupada. Que vas corriendo de un lugar para otro. Cuando me dices algo, casi siempre es porque nos encontramos por los pasillos, o a través de una llamada para hacer algo urgente. Me auto limito y no te quiero molestar, sin embargo esto que ha ocurrido hoy me demuestra que sí es- tás disponible cuando te lo pido. Solo ten- go que coordinar contigo un espacio en la agenda y un lugar tranquilo para conversar,


Page 1  |  Page 2  |  Page 3  |  Page 4  |  Page 5  |  Page 6  |  Page 7  |  Page 8  |  Page 9  |  Page 10  |  Page 11  |  Page 12  |  Page 13  |  Page 14  |  Page 15  |  Page 16  |  Page 17  |  Page 18  |  Page 19  |  Page 20  |  Page 21  |  Page 22  |  Page 23  |  Page 24  |  Page 25  |  Page 26  |  Page 27  |  Page 28  |  Page 29  |  Page 30  |  Page 31  |  Page 32  |  Page 33  |  Page 34  |  Page 35  |  Page 36  |  Page 37  |  Page 38  |  Page 39  |  Page 40