02 12 los culpables bromuro de metilo
El bromuro de metilo, una sustancia utilizada en la agricultura y en el procesamiento de alimentos, constituye actualmente alrededor del 10% de las causas del agotamiento de la capa de ozono. Como plaguicida se usa ampliamente para el control de plagas: insectos, maleza y roedores. Se utiliza también como fumigante de suelos, estructuras y para tratamiento de cereales y en cuarentenas. El bromuro de metilo se elabora a partir de sales de bromuro naturales que se encuentran en depósitos de salitre subterráneos o en altas concentraciones sobre la superficie en fuentes como el Mar Muerto.
Cuando se lo utiliza para fumigar suelos, el gas de bromuro de metilo generalmente se inyecta en el suelo a una profundidad de 30 a 35 cm antes de sembrar. Este procedimiento esteriliza el suelo de manera efectiva, eliminando a la mayoría de los or- ganismos existentes. Los cultivos de frutillas (o fresas) y tomates son los que más utilizan el bromuro de metilo. Otros cultivos para los cuales se utiliza este pesticida como fumigante de suelos son pimientos, uvas, nueces y parras. Cuando se lo utiliza para tratar productos básicos, se inyecta el gas dentro de una cámara que contiene las mercancías, típicamente flores cortadas, vegetales, frutas, pastas o arroz. El bromuro de metilo también se utiliza en panaderías, molinos de harina y depósitos de quesos. Los productos importados pueden ser tratados como parte de las medidas de cuarentena o fitosanitarias de los países de destino (procedimiento conocido como aplicaciones de “cuarentena y pre-embarque”). En cualquier aplicación, en última instancia, en- tre un 50% y un 95% del gas entra en la atmósfera.
El bromuro de metilo es tóxico. La exposición a esta sustancia química no sólo afectará a las plagas que son su objetivo, sino también a otros organismos. Dado que el bromuro de metilo se disipa tan rápidamente a la atmósfera, es más peligroso en el lugar de la fumigación mismo. La exposición humana a altas concentraciones de bromuro de metilo puede ocasionar tras- tornos de los sistemas respiratorio y nervioso central, así como graves daños específicos a los pulmones, los ojos y la piel.
TENDENCIAS ACERCA DEL BROMURO DE METILO
Gracias a que el Protocolo de Montreal controla el bromuro de metilo, las emisiones del gas han disminuido significativamente en la última década. En los países no comprendidos en el Ar- tículo 5, la fecha de eliminación gradual fue el año 2005, mien- tras que a los países del Artículo 5 se les permite continuar la producción y el consumo hasta el año 2015. El reto es prohibir su uso por medio de la eliminación gradual de las cantidades que permanecen asignadas a un pequeño número de países no comprendidos en el Artículo 5 para usos de importancia crítica.
Existen alternativas al bromuro de metilo tanto químicas como no químicas, y hay diversas herramientas que pueden controlar las plagas que actualmente se tratan con bromuro de metilo. La investigación sobre las alternativas continúa, siendo necesaria para demostrar la eficacia a largo plazo de las alternativas y encontrar soluciones a la preocupación acerca de los riesgos. Al igual que con las alternativas a los CFC, los investigadores tienen que presentar sustancias alternativas que no dañen la capa de ozono ni calienten la atmósfera. Es el caso del fluoru- ro de sulfurilo (SF), una alternativa clave al bromuro de metilo para el tratamiento de muchos productos secos (en los molinos harineros, instalaciones de procesamiento de alimentos y para el control de las termitas del hogar). Publicaciones recientes indican que el SF tiene un potencial de calentamiento global de cerca de 4.800, un valor similar al de CFC-11. Su concentración en la atmósfera está aumentando rápidamente.