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JUEGO DE PALABRAS Palabras JUEGO DE Por Ricki Chávez-Muñoz El Ombudsman de México saluda a la Bandera


En Perú, las noticias como la difundida desde México acerca de las declaraciones del ombudsman Raúl Plascencia Villanueva, presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Raúl Plascencia Villanueva, se conocen como “un saludo a la bandera”. Lo que declara el ombuds- man mexicano es que “la justicia llegue de manera adecuada”, a los responsables de la matanza en el Casino Royale de Monterrey, hace ya mas de un año.


Lo cierto es que el espíritu guerrero mexi- cano como se estrofa en su glorioso himno Nacional “Mexicanos a grito de guerra”, es solo una añoranza a los tiempos cuando que Emiliano Zapata o Pancho Villa se cargaban a quienes se reían de la Justicia en esta valiente tierra latinoamericana. Claro, hoy en día con más civilización y cultura que nunca, uno cree que quien es culpable de asesinato, fraude o robo no puede reci- bir un par de balazos ni en México ni en la China porque existe la Ley para ajusticiar a los culpables.


Y en verdad, a eso se refiere don Raúl Plas- cencia Villanueva cuando declaró después de asistir a un evento de la CNDH, que la matanza del Casino Royale donde murieron 52 personas, y que es un asunto de impacto nacional e internacional, “sigue pendiente de justicia, como otros casos en Nuevo León, tras agravarse la inseguridad”.


Lo cierto es que resulta un poco incongruo que la tragedia del Casino Royale deba ser atendida por la CNDH de México, al tratarse de un crimen simple y llano, donde el trasfondo promovido por una legislación deficiente para casinos de juego permite el funcionamiento de un negocio sin las previsiones necesarias de seguridad civil y policial para que luego sea materia de un asalto delincuente que cobra su rédito en vidas.


26 Casino Internacional Americano


No es suficiente que el presidente de la CNDH de México prometa una recomen- dación “para dejar en claro responsabili- dades administrativas y también penales de aquellas personas que toleraron el funcionamiento de inm- uebles que no cumplían con los requisitos previstos en la propia ley”, para resolver el asunto de la responsabilidad en el caso del Casino Royale.


Aquí lo que se necesita es una comisión de Justicia para establecer la responsabilidad de la Secretaria de Gobernación y quien quiera que sea responsable por los asesina- tos de 52 personas.


A la fecha, distintos estados mexicanos se encuentran ajustando tuercas para cerrar salas de juego que carecen de la documen-


tación esencial para operar juegos de azar, o casinos, que son los negocios en México, pero que no se encuentran previstos dentro de los sendos capítulos de la Ley Federal de Juegos y Sorteos de 1947, ni su magnífico reglamento del 2004.


Se puede decir que algo es algo acerca de la pretensión del ombudsman mexicano, pero como siempre van a existir autoridades y políticos en todas partes del mundo que se meten la ley y el reglamento al fundamento; también es factible que algo similar a la tra- gedia de Monterrey aguarde hasta que nos encontremos patrióticamente saludando a la bandera para que alguien menos aguer- rido que nosotros humille nuestra inteligen- cia y cree mas zozobra en algún otro royale de este mundo. ¡Dios no lo quiera!


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