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Nunca pensé que volverme hombre en Marrakech sería parte de mi experiencia en el spa del Four Seasons, pero por lo visto estaba equivocado…


The Four Season hotel and spa está ubicado en el corazón de Marrakech y como suele esperarse de esta cadena, los jardines estaban impresionantes, las albercas se veían imponentes, y el spa definitivamente estaba a la altura de lo que estamos acostumbrados.


Viajaba con Sara Jones para la Cumbre Global de Spas y Bienestar y el Four Seasons la invitó a que hiciera una reseña de la experiencia Hammam en Le Spa, y dado que soy todo un oportunista, le pedí que me añadiera a la lista de invitados, Le Spa accedió así que ahí estaba yo ¡listo para mi primer Hammam!


Mi día comenzó muy normal hasta cierto punto; aún no me adaptaba al nuevo horario así que desperté bastante temprano y escuché la primera llamada a orar cuando el sol apenas asomaba por el horizonte; aunque no soy un hombre religioso, sí soy espiritual, así que me impresionó el poder y la belleza del islam. Lo que escuché después fue simplemente asombroso. Al principio no distinguía qué era el ruido que se oía en la distancia y luego me di cuenta que estaba literalmente escuchando el poder de la oración; era toda la ciudad de Marrakech rezando, en los Templos, en Souk en sus casas, todos orando y cantando al unísono. Me impresionó ese compromiso con el islam y estaba más que listo para comenzar el día ¡y gozar mi primer Hammam!


Llegamos a Le Spa a media mañana y


Una Experiencia Spa, Le Spa, Four Seasons Marrakech, Morocco ser. Los vestidores y área


fuimos recibidos por el personal atento, educado, cortés y profesional, como debe


de


duchas estaban bien equipados y tenían todas las amenidades necesarias para el aseo. Después de una rica taza de te de hierbas, me recibió mi terapista y me llevó al cuarto de tratamiento. El punto central de bienestar en Le Spa, como te lo imaginarás, es el área de tratamiento y vapor Hammam; un lugar para aliviar tensiones, desintoxicarse y preparar el cuerpo para los suntuosos beneficios del ritual Hammam.


Mientras mi terapista explicaba el ritual de Hammam, compartí mi experiencia religiosa de la mañana y cuan poderosa fue para mi. Resulta que el Hammam está muy ligado a la fe islámica. Hammam, o “baño ceremonial” se basa en la antigua filosofía de los baños turcos tradicionales. Sin embargo los Hammam islámicos, especialmente


en el caso marroquí,


evolucionaron de sus raíces romanas para adaptarse a las necesidades del ritual de purificación del islam. Por ejemplo, en la mayoría de los Hammam estilo romano, hay una piscina fría donde se sumerge todo el cuerpo. Pero ese estilo de bañarse es menos deseable en la fe islámica y en lugar de eso, es más apropiado bañarse bajo un chorro de agua corriente sin estar completamente sumergido.


Comenzamos con el tradicional cuarto


‘tibio’. Ahí es donde te aclimatas al calor y el terapista prepara cubetas llenas de agua –una fría y una caliente. Cuando me acostumbré al calor pasamos al segundo cuarto ‘caliente’ para que los poro se abran y respiren. Luego volvimos al cuarto tibio, que también tiene una


ducha, muy buen detalle. Ahí es donde comenzó mi purificación, primero me cubrieron con un aceitoso Savon-Noir tradicional, un jabón


negro 100 por


ciento natural hecho a base de aceite de oliva. En cuanto quedé bien cubierto, mi terapista comenzó a hacer la exfoliación ritualista con mucha destreza, frotando mi cuerpo vigorosamente con el guante Hammam, con lo que perdí varias capas de piel muerta –una sensación increíble y revitalizante.


Luego siguió la etapa del lodo purificador Ghassoul que embadurnaron en todo mi cuerpo y un gommage (exfoliación) realizado con mucha destreza por mi terapista,


ni una vez tuve que decir


‘shwiya afak’ (más suave, por favor), una frase muy útil si las cosas se ponen difíciles. La etapa final fue la enjuagada con agua fría, sí, hice el reto del cubetazo de hielo en un spa de Hammam en el Four Seasons Marrakech en Marruecos – ¡cómo ven, amigos del cubetazo de hielo!


Al final, uno se ve y se siente como bebé recién nacido y además mi terapista tuvo a bien informarme que ya era yo oficialmente ¡un “hombre marroquí”! Este tratamiento es increíble, una experiencia religiosa para muchos y una forma de vida para la fe musulmana con tratamientos de hasta tres veces por semana, algo que para nosotros tal vez sea demasiado. El Hammam en el Four Seasons es algo que no te debes perder así que si vas a Marruecos, aparta un momento para disfrutar un poco de opulencia y tradición en un ambiente verdaderamente sereno en Marrakech.


Greg Coswy a, Associated Editor


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