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32 Nutrición


Uso de levaduras vivas en la alimentación de terneras de recría


La recría supone un coste económico muy importante en una explotación de vacuno lechero. Con determinadas estrategias nutricionales se puede adelantar la edad al primer parto sin comprometer el estado sanitario ni la condición corporal de los animales.


Luis Barroso Sánchez Development of Animal Nutrition, S.L. Imagen Albéitar


La recría tiene una importancia económi- ca fundamental en las explotaciones de vacuno lechero por dos aspectos funda- mentales: constituye el stock de futuras reproductoras/productoras de leche de nuestra explotación y supone unos costes elevados para el ganadero, que han de recuperarse en el futuro con la leche pro- ducida por la vaca en lactación. Según distintos autores (Romero, 2007;


Tozer y col., 1999), el coste asociado a la recría hasta el momento en que comienza la producción lechera oscila entre 1.000 y 1.450 € por ternera. Ello supone una im- portante inversión que no se recuperará, como pronto, hasta completar la primera lactación (Bach, 2011). Con el fin de controlar los gastos aso-


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ciados a la recría y maximizar la rentabili- dad de la misma hay que tener en cuenta: La tasa de reposición: relacionada con


la longevidad de la vaca lechera dentro del rebaño, ya que cuanto mayor sea el tiempo que las vacas se mantienen en producción, menor será el número de terneras de recría que se necesitarán. La edad al primer parto: que depen-


derá de la velocidad de crecimiento de la recría; a mayor velocidad de crecimiento de las terneras, antes se alcanzará el ta- maño y la edad de cubrición y menor será la edad al primer parto. La tasa de reposición determina el nú-


mero de terneras de recría que necesita- mos para mantener un número constante


Tabla 1. Número de terneras de recría necesarias para una explotación de 100 vacas lecheras en producción. (Fuente: DairyCo, Reino Unido).


1er


Edad al parto


(meses) 22


24 26 28 30


Tabla 2. Tasa de reposición (%)


(se asume un 5% de mortalidad durante la recría) 17 33 36 39 42 45


20 39 42 46 49 53


23 44 48 52 56 60


26 50 55 59 64 68


29 56 61 66 71 76


32 62 67 73 78 84


Impacto de la edad al primer parto sobre el número de lactaciones subsiguientes. (Fuente: INRA UMR Rennes, Francia).


Edad al parto (meses) 24


28-30 >30


Nº de lactaciones 3,3 2,9 2,8


Tabla 3. Producción y fertilidad de las novillas en función de la edad al primer parto. (Fuente: DairyCo, UK).


Edad al parto (meses) Peso preparto (kg)


Asistencia durante el parto (%) Vacas vivas a los 5 años (%)


Producción total a los 5 años (kg) ’156


24-25 621


26-28 625


32-36 769


17% 27% 67% 62% 41% 33% 20.395 16.671 8.029


DEL durante los primeros 5 años (%) 42% 38% 18%


35 67 74 80 86 92


de vacas en producción, de modo que cuanto menor sea esta tasa también me- nor será la inversión que se realice. Del mismo modo, la inversión en ter-


neras de recría está muy relacionada con la edad al primer parto, ya que cuanto menor sea ésta, antes comenzarán los animales a producir y empezará a renta- bilizarse la inversión inicial. En un estudio llevado a cabo en Reino


Unido (tabla 1) puede verse claramente el impacto económico que la tasa de re- posición y la edad al primer parto tienen sobre la economía de las explotaciones. A modo de ejemplo, con una reposición del 23% y una edad al primer parto de 24 meses se necesitan 48 terneras de re- cría, frente a las 64 que se necesitarían si la tasa de reposición fuera del 26% y la edad al primer parto fuera de 28 meses. Ello, en términos económicos, se tradu- ciría en unos costes adicionales para la explotación de unos 20.000 € anuales.


Un adecuado crecimiento de las terneras de recría comienza tras el nacimiento, con la correcta administración de calostro.


Reducción de costes


Si optimizamos bien la recría, podemos reducir los costes.


Tasa de reposición La tasa de reposición y, con ello, los cos- tes que su obtención genera al ganadero disminuyen con una mayor longevidad del rebaño. A su vez, los animales que crecen a mayor velocidad y paren a eda- des más tempranas van a permanecer du- rante más lactaciones dentro del rebaño, lo que reduce los costes por litro de leche producida (tabla 2). Además, las novillas que paren a una


edad más temprana necesitan menos asistencia durante el parto, se mantiene durante más tiempo en el rebaño y el volumen de leche producida durante su vida productiva es mayor (tabla 3). Una reciente revisión de Bach (2011)


indica que el ritmo de crecimiento du- rante los dos primeros meses de vida está positivamente relacionado con la tasa de supervivencia de los animales a la segun- da lactación, lo cual reduciría el número de terneras de recría necesario para man- tener la cabaña productiva, al disminuir las necesidades de reposición del ganado.


Velocidad de crecimiento y edad al primer parto Una mayor velocidad de crecimiento en los primeros meses de vida permitiría adelantar la edad al primer parto. Esto


900 800 700 600 500 400 300 200


no significa que las novillas entren en el rebaño con un bajo peso corporal. El objetivo es obtener animales que paran con un peso y una estructura corporal adecuados (590-610 kg y 137-140 cm de alzada a la cruz), pero a una edad más temprana (23-24 meses). Esto supone, además de ventajas eco-


nómicas (los animales comienzan a ser productivos a una edad más temprana), ventajas productivas. Bach y Ahedo (2008) señalan la relación positiva entre la velocidad de crecimiento durante los dos primeros meses de vida y la produc- ción futura de la novilla.


Aspectos nutricionales


Frente a los programas de alimentación tradicionales, se han estudiado y desarro- llado programas de alimentación acelerada para maximizar el potencial de crecimiento de los terneros, asegurando un buen esta- do sanitario y reduciendo la edad al primer parto sin comprometer el desarrollo de los animales (Terré, 2007), especialmente en los primeros meses de vida. Un adecuado crecimiento de las terneras


de recría comienza tras el nacimiento, con la correcta administración de calostro. Éste


Figura 1. Control


ha de aportarse en el momento adecuado, en un volumen apropiado y con una con- centración de inmunoglobulinas (IgG) que permita a la ternera obtener una concen- tración plasmática de IgG superior a los 10 mg/ml a las 48 horas de vida. A partir del tercer día de vida, los pro-


gramas nutricionales son muy variados, en función de la disponibilidad de leche de vaca en la explotación, del volumen y com- posición del lactorreemplazante que se administre, momento de administración y características del pienso de arranque, etc. Los programas tradicionales de alimen- tación de los terneros en lactación están dirigidos a estimular el consumo temprano del pienso de arranque, y así conseguir un correcto desarrollo ruminal y reducir los costes de alimentación. Habitualmente, los terneros reciben 500 g de lactorreem- plazante (12,5%-4 l/día) y un pienso de arranque ad líbitum con el fin de estimular el consumo de concentrado. Sin embargo, esta estrategia penaliza claramente el po- tencial genético de los animales (Overton, 2011), que ven limitada su velocidad de crecimiento, la cual podría incrementarse consumiendo cantidades muy superiores de lactorreemplazante (hasta 1 kg/día) junto con el pienso de arranque ad líbitum.


Influencia de la inclusión de levaduras vivas


sobre la ganancia media diaria de terneras de recría. Levaduras


866 795 750 674 609 531 531 441 622 546 503 630 530 688


España, 1996 (3)


Figura2. Control


4.200 3.700 3.200 2.700 2.200 1.700 1.200 700 200


España, 1996 (3)


Bélgica, 1998 (1)


Chequia, 2002 (1)


País, año Influencia de la inclusión de levaduras vivas


sobre el índice de conversión de las terneras de recría*. Levaduras


4.030 3.605 3.154 2.806 2.759 2.806 2.619 2.804 3.290 2.863 3.363 2.733


Chequia, 2006 (3)


España, 2007 (2)


Chequia, 2007(3)


1.600 1.480


España, 1996 (3)


España, 1996 (3)


Bélgica, 1998 (1)


Chequia, 2002 (1)


País, año


*Pruebas presentadas en el dossier de autorización de la levadura viva Saccharomyces cerevisiae, cepa NCYC Sc47, para la inclusión en el lactorreemplazante o pienso de arranque de las terneras desti- nadas a la cría. (1) Incorporación vía pienso de arranque. (2) Incorporación vía lactorreemplazante. (3) Incorporación vía lactorreemplazante y pienso de arranque.


Chequia, 2006 (3)


España, 2007 (2)


Chequia, 2007(3)


Índice de conversión (g/kg PV)


Ganancia media diaria (g/día)


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