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Coaching de novela Outplacement A partir de aquí, dragones por Jorge Salinas Capítulo VII -¿Sonia?


-Estoy aquí, Papá. Sonia salió de su habitación y se abrazó a su padre con más intensidad que de cos- tumbre. Mientras Jaime pensó que segu- ramente ese achuchón significaba que su hija le iba a pedir algo, la verdadera razón era cierto sentimiento de culpabilidad de su hija por aprovechar su ausencia revol- cándose con Sandro. Sus tres hijos estaban bautizados en la fe católica y habían hecho la comunión, sin embargo la familia nun- ca había sido practicante. No obstante, por una cuestión cultural y de arraigo, la semi- lla judeo cristiana, estaba plantada y el sen- timiento de culpa y de traición a su padre aparecía cada vez que ella le ocultaba una relación con sexo. -¿Qué sabes de Paula? -Mamá me llamó ayer y dijo que a estas alturas de la semana mejor se quedaba con ella. El lunes, si quieres, puedes ir al cole- gio a recogerla para que se quede aquí toda la próxima semana. Habla con mamá para decirle qué vas a hacer finalmente. Sonia cambiaba a placer de residencia en- tre la casa de su padre y la de su madre. Aunque prefería estar con su padre por la dosis de libertad y de dinero extra que eso suponía, también era consciente de la competencia y celos que entre sus padres


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existía, por lo que intentaba equilibrar, sin mucho éxito, el tiempo de estancia en uno y otro hogar. -Vale. De todas formas mañana es viernes y tengo una agenda intensa. Casi prefiero que sea así.


-¿Le echaste pienso a Felipe? Felipe era el gato de la familia desde que hace dos años Jaime decidiera regalárselo a Paula, después de mucha insistencia por parte de la niña. Pasados los dos primeros meses de novedad en los que el gato aguan- tó estoicamente todos los achuchones de la familia sin dar signos de rebelión, a partir de ahí, ya casi no le hacían mucho caso. Desde su terraza escalaba al ático y luego al tejado del edificio, donde a veces se pa- saba los días completos. Casi no se daban cuenta de cuando entraba o salía. -Sí, pero no ha comido nada. Debe de estar enamorado de alguna gata en celo porque no para en casa -contestó Sonia sin apenas poner atención a lo que decía- ¿Hay nuevas noticias con respecto a tu coachee que ha tenido el accidente? -Me han llamado de su empresa para decir- me que probablemente la policía se pondría en contacto conmigo. -Que raro, ¿no? -No lo sé. Quizá no tanto. Ha sido una muerte violenta y para descartar otras op- ciones al parecer quieren hablar con las


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