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El Semillero


do debo trabajar en una estrategia comunicacional, bien sea para una campaña electoral o para un pro- yecto sobre la defensa de los Derechos Humanos: ¿lo que estamos haciendo es sexy? si la respuesta es ne- gativa hay que volver a empezar hasta que podamos responder ¡claro, por supuesto que es sexy! Debo ad- mitir que no siempre resulta fácil. Explico qué quiero decir cuando me refiero al


tema de convertir lo que hacemos en algo sexy: ya sabemos que los políticos, el gobierno y los partidos, no son las personas e instituciones mejores reputadas en la mayoría de nuestros países. Hay numerosos fac- tores que tienen que ver con esta mala o mediocre re- putación, pero en este artículo no viene al caso hacer una lista de ello. Lo que sí viene al caso es que los que trabajamos en estos espacios somos responsables (sin por ello ser los únicos), de cambiar este hecho.


El camino más corto en la comunicación es la afinidad La comunicación política debe entender que su fuer- za no está en la información que se da, si no en cons- truir un vínculo emocional con las personas. Esto se repite en tres casos de comunicación política exitosa (salvando las diferencias entre ellos): Otpor, el movi- miento que contribuyó notoriamente con la caída de Milosevic en Serbia, el Movimiento Estudiantil en Ve- nezuela y la campaña electoral de Obama en 2008. Su éxito puede atribuirse a numerosos factores, pero hay uno que se repite en los tres por igual: la afinidad.


...dos tareas esenciales: la primera, convertir nuestra construcción de la realidad en un relato épico, que emocione a las personas y las seduzca; segundo, crear la estructura que nos permita que ese llamado a la acción se concrete.


Cuando le pregunté a mi compañera de piso por


qué formó parte del Movimiento Estudiantil venezo- lano, cuando no había participado antes en ningún partido político o en el gobierno, su respuesta fue clarificante: “porque el Movimiento Estudiantil era nuestro, porque quien marchaba conmigo era tam-


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bién quien se sentaba junto a mí en clases, porque por fin alguien me hablaba de algo que tenía que ver con lo que me estaba pasando y porque además sentí que formaba parte de algo que realmente po- día cambiar las cosas”. Lo mismo pasa cuando escuchas los testimonios


de quienes formaron parte de Otpor o de la campaña electoral de Obama: se sumaron porque se sintieron tomados en cuenta y porque además se les dieron to- das las herramientas y posibilidades para ACTUAR. De esta forma creo que podemos hacerlo sexy:


Todos queremos formar parte de algo que nos haga sentir posibles. Ese “posibles” tiene dos dimensiones: posibilidad de alcanzar la meta planteada, y posibili- dad de crecer como personas alcanzando esa meta. Para ello debemos cumplir dos tareas esenciales:


la primera, convertir nuestra construcción de la reali- dad en un relato épico, que emocione a las personas y las seduzca; segundo, crear la estructura que nos permita que ese llamado a la acción se concrete.


Mística y estructura Sobre la construcción de la realidad, no creo estar di- ciendo nada que expertos ya no nos hayan dicho. Se trata de utilizar el framing y el storytelling a nuestro favor. De allí la importancia de que contemos nuestra historia y que lo hagamos utilizando nuestro lengua- je. A partir del diseño de este relato, contado desde nuestros valores, debemos generar mística. No se trata de esoterismo o magia; la mística alrededor de lo que hacemos es justamente la que lo hace sexy. Atractivo. Genera movilización y sentido de pertenencia, dos factores claves en el ámbito político e institucional. Para finalizar, debemos generar estructura. Ya


Chris Hughes lo decía cuando comenzó a trabajar en la campaña de Obama en 2008: “es impresionante las ganas de participar de las personas, lo que necesi- tan es contar con la estructura para poder hacerlo”. Este trabajo también nos corresponde a nosotros; de nada sirve cortar la respiración, crear una orga- nización de la que todos quieren formar parte, si no creamos los espacios para que las personas puedan sentirse parte de lo que hacemos. Sentirse posibles, hacerlo posible.


Corina Contaris Torres es alumna del Máster de Co- municación Política y Corporativa de la Universidad de Navarra en España. corict@gmail.com


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