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El ‘boom’ turístico que ha vuelto a Paracas, en el departamento de Ica, al sur de Lima; que fuera el playground de ricos y famosos a partir de los años 50 pero que se viniera a menos, como todo el Perú durante los infelices años 80, ha logrado que muchos inversionistas del sector comercial e inmobiliario vean en el él un gran potencial para que se cree un boulevard y un moderno balneario muy parecido al de “Asia”, a 100 kilómetros al sur de Lima.


Con el anuncio del Gobierno de poner a la venta 18 hectáreas de terrenos públicos en Paracas, el otrora balneario preferido por los recordados abuelos podría convertirse en un lugar ideal para que se construyan una serie de casas y un boulevard a la altura de los mejores. Por lo menos, esa es la intención, tanto del gobierno como de los promotores inmobiliarios.


Según fuentes del Ejecutivo, “A la fecha, hay más de diez empresas interesadas, entre nacionales y extranjeros. Por eso no volverá a ocurrir la situación del año pasado. Posiblemente esta semana se hará la convocatoria del lote D del proyecto turístico”.


Desconociendo la ‘situación del año pasado’, mencionada por la fuente, no se puede ignorar la publicidad que acompaña esta venta que dice: “Este proyecto consiste en la construcción de al menos 200 casas de playa y mucho espacio para que el boulevard pueda contar con restaurantes, casinos, bares, discotecas y todo lo que necesite”.


Sin embargo, existe un mundo de diferencia entre el Boulevard de Asia y los centros de juego en Lima, tanto en Miraflores, como la Avenida La Marina en San Miguel,y la Avenida Aviación en San Borja, con casinos


y salas de juego líderes en el país. Y en lo que concierne a la operación de salas de juego en un lugar como Asia, se ha dado el caso del fracaso de un sencillo casino que abrió sus puertas durante el verano pasado, y no jugaron ni las pulgas de itinerantes caninos.


A mediados de los 90, un grupo nacional realizó una significativa inversión con la instalación de un casino en el balneario de la Laguna de Huacachina, de paradisiacas aguas color verde esmeralda, que se encuentra en el oasis del mismo nombre rodeada de las blancas arenas del desierto de Paracas. Cada vez que nos encontramos en los shows de la industria, hasta ahora nos reímos de esas ‘locuras’, con uno de los simpáticos promotores de ese proyecto, que dejó la piel, el oro de la abuela, junto con unos cuantos sueños en el casino de Huacachina, un proyecto que ahora es parte adicional de la leyenda de uno de los lugares más vistosos y bellos de la costa peruana.


Lo que se trata de graficar es la idea de que los casinos pueden florecer en los balnearios u oasis como lo hizo Las Vegas en el desierto de Nevada, hacen unos 70 años. O como el balneario de Baden-Baden en Alemania, que por lo medicinal de sus baños (Huacachina), y que a fines del siglo 19 construyó su fabuloso casino que cambió fortunas europeas de una mano a la otra. Lo que es indudable, es que hoy un casino ya no depende del tráfico turístico como antes, y específicamente en Perú, se debe examinar la demografía del lugar, in extremis, antes de invertir en un negocia tal cual.


Efectivamente, existen opiniones que dicen que los casinos en países como Perú, no son parte del atractivo turístico como lo idearon


políticos sin conocimiento de la industria ni concepto alguno acerca de los niveles de aspiración de sus electores. Y es que el movimiento del juego en este país tiene una concentración altísima de jugadores locales, y la idea del atractivo turístico del país se encuentra en las reliquias milenarias o la selva tropical, pero no es sus salas de juego o casinos.


Es interesante notar el cambio en la legislación del juego en el estado de Nueva Jersey, cuando a fines de noviembre pasado, el Congreso estatal aprobó unánimemente autorizar casinos de menor medida y en hoteles con 200 habitaciones, 300 menos que las estipulados por la Ley anterior. Esto se debe principalmente a la instalación de casinos en estados vecinos, como Connecticut o Filadelfia, que tienen un cliente objetivo local y no turístico. El cambio en la legislación se debe a que Atlantic City, la ciudad turística de Nueva Jersey que casi siempre ha funcionado como destino de excursión diurna de residentes en Nueva York y los alrededores, se proyecte más hacia clientes locales y no tanto a los turistas, también.


Cierto que existe mercado de casinos en destinos turísticos, pero Perú no es uno de estos, y los inversionistas deben ver otras opciones de inversión en el mercado de juegos peruanos, además de la oferta de Paracas, porque de haberlas hay, y con una economía boyante y crecimiento económico sostenido entre de más del 8% durante más de un lustro, este país sudamericano presenta de hecho, mejores oportunidades que riesgos.


Casino Internacional Americano 33


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