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observación directa a través de un telescopio o de unos prismáticos astronómicos. Con veinti- cinco o treinta años no era extraño verme a las cuatro de la madrugada en lo alto del puerto de Navacerrada con un pequeño telescopio refrac- tor, más solo que la una, helado por completo, manejando la montura ecuatorial con los dedos ateridos por el frío, y apuntando al espectáculo natural del juego de luces y sombras que se pro- duce en los cráteres de la Luna en los mágicos momentos de cuarto creciente o menguante. De hecho, aún hoy en día conservo un telescopio y unos binoculares para observación nocturna que todavía me proporcionan noches de diver- sión, si bien ya sólo en verano y desde el peque- ño jardín de mi casa, que la edad no es compati- ble con las incomodidades.


El firmamento siempre ha supuesto para mí una fuente inagotable de asombro y nostalgia. Asombro por las inconcebibles magnitudes, por la variedad de cuerpos celestes y formas de energía, por un Cosmos en el que lo extraño es lo más normal. Nostalgia por las ataduras a las leyes de la física, la pesada sensación de soledad y la placentera rutina de comprobar año tras año que, por cada respuesta que obtenemos, surgen cien nuevas preguntas, a cada cual más desconcertante.


Ahora que nos hemos lanzado a explorar nues- tro vecindario más inmediato pasito a pasito, sonda a sonda, hemos comenzado a tomar conciencia de que no tenemos la menor idea de nada. Las teorías que se daban como ciertas desde el sillón del observatorio se ven desmon- tadas sistemáticamente por los descubrimientos que se hacen sobre el terreno.


Por ejemplo, desde pequeño había oído mil ve- ces que en la Luna no puede haber agua. Bueno, pues la sonda Lunar Reconnaissance Orbiter descubrió en 2012 que sí hay agua helada en cráteres del polo sur de la Luna sumidos en oscuridad perpetua. Por cierto, descubrimiento que se vio subrayado cuando la sonda Messen- ger comprobó el mismo fenómeno en Mercurio, un planeta cuya temperatura máxima diurna es de 465ºC, más o menos el doble que un horno


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