This page contains a Flash digital edition of a book.
atesora


so, o mejor dicho como un conjunto de procesos, relacionados entre sí y necesarios para nuestra vida, ya que muchos de ellos se encuentran presentes en nuestro desempeño cotidiano, y nuestra calidad de vida y satisfacción depende de ellos.


Qué cosas hacemos o no


talentosamente, vendrán definidas por una triple relación entre nuestra confianza para hacer algo (nuestro propio sentido de autoeficacia), la motivación para hacerlo y la com- petencia con la que desempeñemos esa particular actuación.


A veces, se diseñan cursos


para desarrollar una determinada habilidad a expensas de activar la motivación necesaria para ello, o cursos para desarrollar nuestra moti- vación y confianza de forma aislada. A menudo las personas que carecen de confianza porque no han desarro- llado aún la habilidad, piensan que una mayor confianza o más motiva- ción les ayudaría a tener más éxito. Tristemente esto suele ser una pér- dida de tiempo y esfuerzo pudiendo ser muy peligroso. Lo ideal sería que la confianza y la motivación se cons- truyeran sobre la competencia y no se administraran como un estimulan- te artificial. Es como intentar mejorar la marca de un corredor haciendo únicamente que se sienta confiado a expensas de cualquier entrenamien- to físico.


Pensar en el talento como


“producto” nos aleja de la posibilidad de mantenerlo o desarrollarlo (en no- sotros mismos, en nuestros equipos y organizaciones) y sobre todo de


Miguel Labrador 19


gestionarlo de forma efectiva. Desde luego no tiene sentido preocuparnos por incorporar a los mejores en tér- minos de competencias, habilidades, experiencia o cualquier otro criterio de entrada si no sabemos hacer uso de ello posteriormente.


Este trinomio (confianza, mo-


tivación y competencia) nos abre a cuestiones como ¿qué habilidades soy capaz de ejercer con competen- cia?, ¿en qué contextos/ situaciones consigo esto y en cuáles no?, ¿cómo me activo yo mismo/a para lograrlo?, ¿qué cosas evalúo y selecciono de mi desempeño para sentirme más o menos confiado y que cosas ignoro y excluyo? ¿y cómo las estoy eva- luando todas ellas conjuntamente? Éstas y otras cuestiones empiezan a abrirnos al talento como algo dinámi- co, moldeable y por ende, desarro- llable, en definitiva como un proceso y sólo cuando em- pezamos a enten- derlo como proce- so tiene sentido hablar de “gestión del talento”.


“Lo que no solemos ha- cer es pen- sar el talen- to como un proceso, o mejor dicho como un conjunto de procesos, relaciona- dos entre sí“


Page 1  |  Page 2  |  Page 3  |  Page 4  |  Page 5  |  Page 6  |  Page 7  |  Page 8  |  Page 9  |  Page 10  |  Page 11  |  Page 12  |  Page 13  |  Page 14  |  Page 15  |  Page 16  |  Page 17  |  Page 18  |  Page 19  |  Page 20