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MÁS ALLÁ DEL BIG DATA Y LA TECNOLOGÍA
Una mirada desde la filosofía a las campañas del futuro POR PABLO SOPENA BARONA
MÁS ALLÁ DEL BIG DATA Y LA TECNOLOGÍA
48 2 Enero - Febrero 2013
012 nos dejó una campaña electoral memorable y emocionante con la que Obama resultó finalmente reelegido. En estos meses, estamos leyendo bue- nísimos análisis de esa verdadera obra de ingeniería electoral de la que toda- vía habrá mucho que aprender. Pues bien, qué mejor que el comienzo de un año nuevo para preguntarnos:¿Qué
lecciones podemos extraer para el futuro? Sin duda, serán muchas. Aquí, simplemente señala-
ré tres aspectos desde una mirada filosófica puesta en los clásicos y en la teoría de redes, desde los cuales hace algún tiempo que me dedico a pensar la comunicación política, institucional y corporativa. Lo cierto es que cada campaña se supera y supone un
leap, pero no sólo en lo tecnológico como suele notarse, sino sobre todo en el refinamiento y la sofisticación cada vez mayor de las estrategias adoptadas por acumulación y aprendizaje. Eso es lo realmente importante. Una primera lección parece evidente: las campañas
del futuro, bien sean en el ámbito político, del lobbying o de la mercadotecnia, o son campañas bien diseñadas re- ticularmente o ya no serán. Hay una frase que le leí a Vala Afshar y que resume este nuevo paradigma al que vuelvo
constantemente en mi trabajo: “The individual can start the movement but the community must own the cause”.
01
MOVILIZAR ES ALGO MÁS QUE ORGANIZAR Lo primero que nos viene a la cabeza al pensar en gras- sroots es la logística y la capacidad organizativa para llegar a la base repartiendo panfletos, pudiendo ser am- plificada exponencialmente con las herramientas elec- trónicas online de las que hoy disponemos. Sin embargo, movilizar es mucho más que organizar. Sin tener nada que ver con la apropiación ideológica
LA ESTRUCTURA TRIÁDICA DEL MOVIMIENTO:
que el ala izquierda hegeliana hizo del método dialécti- co, aplicado a la economía política, y ciñéndonos estricta- mente al campo epistemológico, observamos que desde Heráclito, pasando por Sócrates, Descartes y el mismo Hegel, hasta G. Gurvitch (antiguo profesor de La Sobor- na), reconocen una impronta triádica a través de la cual avanza el conocimiento o devenir, una cierta tensión de contrarios resuelta en una unidad superior o síntesis que propicia el movimiento, y así sucesivamente. No parece casual el hecho de que esa misma estructura triádica sea
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