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22 Pequeños rumiantes El horizonte de la hidatidosis


La hidatidosis se considera una enfermedad reemergente en varios países. Por ello, se debe definir claramente la situación epidemiológica en determinadas zonas geográficas y establecer estrategias integrales interdisciplinares de vigilancia y de control.


Carlos Sánchez-Ovejero1 Ángel Carnero2


, Miguel , Mar Siles-Lucas1


y Raúl Manzano-Román1 1


(Irnasa-CSIC) 2


Instituto de Recursos Naturales y Agrobiología de Salamanca


Inspector Veterinario oficial de mataderos de la Junta de Castilla y León. Servicio Territorial de Sanidad y Bienestar Social. Delegación Territorial de Zamora


Los datos oficiales de la prevalencia de la hidatidosis unilocular ocasionada por Echinococcus granulosus en distintos países europeos, recogidos en los reportes anuales de la EFSA, son relativamente parciales y no permiten una evaluación correcta de la situación epidemiológica real en determinadas zonas que se con- sideran endémicas o hiperendémicas. Debido a la distribución heterogénea del parásito, ciertas zonas se consideran de reemergencia por varios autores, y así lo han hecho notar en diversas publicaciones internacionales para países como Turquía, Grecia, España, Reino Unido, Bulgaria y Rumanía (Eckert y cols., 2000; Neghina y cols., 2010; Rojo-Vázquez y cols., 2011). Debido a la trascendencia económica y las repercusiones sociales, la hida- tidosis ha pasado de considerarse una enfermedad “olvidada” y no prioritaria para los sistemas de salud a estar en la actualidad reconocida por la OMS como un problema sanitario prioritario, integrándola dentro de las siete enferme- dades zoonóticas más importantes del mundo en relación a su impacto social y económico en el ámbito humano y ani- mal (www.who.int/zoonoses/neglected_ zoonotic_diseases). Igualmente, la Unión Europea considera que los datos de incidencia tanto en animales como en personas aportados por los países de la UE representan únicamente la punta del iceberg y por ello ha priorizado la inves- tigación en este campo. En este sentido, el proyecto Heracles (http://www.hera- cles-fp7.eu/) ha sido financiado reciente- mente por la UE. Este proyecto integra investigadores de varios países de Europa del este y del Mediterráneo, incluyendo España, y sus objetivos se centran en el cribado poblacional, la creación de un


registro europeo de pacientes y el estudio de determinados aspectos de la relación hospedador/parásito, tanto en humanos como en animales, para mejorar el regis- tro de casos, el diagnóstico, la prevención y el manejo clínico de la enfermedad.


Factores implicados en la transmisión de la hidatidosis


Echinococcus granulosus se transmite a sus hospedadores intermediarios (ani- males de abasto y silvestres) y al hombre por ingestión de huevos parasitarios que contaminan agua, alimentos, pastos o tierra. Los huevos son eliminados en las heces del hospedador definitivo, princi- palmente perros. Los factores ecológicos, antropogénicos y climáticos que pueden influir en un mayor o menor grado de transmisión parasitaria son numerosos (figura; rev. en Atkinson y cols., 2013a; Atkinson y cols., 2013b).


Debido a que los huevos, la fase para- sitaria responsable de la transmisión a hospedadores intermediarios, deben permanecer en el medio ambiente hasta ser ingeridos por un hospedador ade- cuado, los factores medioambientales que influyen en el mantenimiento de su viabilidad son importantes. Las condicio- nes climáticas dependientes de la estación del año son importantes, creándose picos de transmisión a lo largo del año. Las condiciones ideales para la supervivencia parasitaria incluyen temperaturas entre 4 °C y 18 °C y cierto grado de humedad, características del invierno en Europa cen- tral y otras zonas endémicas. Además, las variaciones en temperatura y precipitación intraestación son también importantes para predecir el grado de transmisión parasitaria. El incremento de temperatu- ras predicho por los modelos en cambio climático podrían cambiar las zonas de supervivencia parasitaria, ampliándolas a áreas situadas más al norte que las actu- ales. Además, el cambio climático ha pro- ducido la aparición de lluvias torrenciales y un aumento del aporte de agua por parte de glaciares, lo que aumenta el riesgo epi- démico de transmisión de parásitos y otros patógenos (Jenkins y cols., 2011).


Factores que influyen de forma directa o indirecta en la transmisión de Echinococcus granulosus a humanos y animales. Adaptado de Atkinson y cols. (2013b).


Transmisión Influencia directa Influencia indirecta


Hidatidosis en humanos


Cambio climático


Caracterísiticas climáticas estaciones e intraestacionales


’191


Supervivencia de los huevos


Ingestión de huevos


Hidatidosis en hospedadores intermediarios


Ingestión de quistes


Hidatidosis en hospedadores definitivos


Solapamiento espacial de hospedadores domésticos silvestres


Especies protegidas


Aumento del consumo de productos animales


Cambios en la distribución y densidad de hospedadores


Uso de la tierra


Deforestación


Asimismo, existen factores ecológicos y poblacionales que pueden influir en la eficiencia de transmisión del parásito. En este sentido, los cambios en la dinámica y densidad de poblaciones animales son de especial importancia en el aumento de la frecuencia de transmisión parasitaria en determinadas condiciones. Debe men- cionarse el fenómeno de solapamiento de hábitats de hospedadores silvestres y domésticos, que se acentúa en los últimos años debido a factores como la defores- tación y uso de la tierra, y la legislación sobre especies protegidas. Como ejemplo de este solapamiento, la probable existen- cia de ciclos peridomésticos entre lobos, jabalíes y ovinos, los cuales hospedan el mismo genotipo parasitario, denomimado G1, que es el más frecuente en infecciones humanas (Cardona y Carmena, 2013). La densidad y distribución de hospe- dadores domésticos es también un factor que está cambiando profundamente en los últimos años. En zonas en desarrollo, el rápido incremento en la demanda de pro- ductos derivados de animales de abasto ha resultado en la expansión del número de animales que son hospedadores habituales de E. granulosus en muchas regiones.


Conocer la prevalencia de la enfermedad en animales de producción, la localización de las explotaciones afectadas y sus datos epidemiológicos y parasitológicos asociados pueden ser esenciales para el control de la hidatidosis.


Otros factores no ecológicos pueden afectar a la transmisión de la hidatidosis. El denominado periodo latente y la ausencia aparente de inmunidad adquirida contra la hidatidosis en hospedadores naturales, como por ejemplo los ovinos, son también importantes para valorar la situación epi- demiológica y la dinámica de transmisión parasitaria. Los quistes hidatídicos necesi- tan de periodos relativamente largos para desarrollarse completamente, dando lugar a un periodo latente tras la adquisición de la infección. Su pleno desarrollo se refleja- ría en la producción de protoescólices en el interior del quiste, que son la fase infec- tante para el hospedador definitivo. Este desarrollo no solo depende de la edad del animal, sino también del genotipo parasi- tario. Además, los hospedadores interme- diarios, a lo largo de su vida, acumularán quistes en su interior, y existe una relación lineal entre la edad del animal y el número de quistes que pueda tener, debido a la ausencia de inmunidad adquirida. El hospedador definitivo, con cuyas heces se eliminan los huevos parasitarios,


es también un actor principal que influye en la distribución espacial del parásito. El número de hospedadores definitivos infec- tados y la intensidad de la infección en los mismos están asociados con el número de hospedadores intermediarios infectados con quistes fértiles en una zona determi- nada. En estas condiciones, la distribución de zonas endémicas e hiperendémicas es generalmente muy focalizada (Torgerson y cols., 2002). La identificación de estos focos de infección es por tanto crucial para llevar a cabo estrategias de control más racionales si se considerasen necesarias.


Detección y control de la hidatidosis


Para el desarrollo de un programa de con- trol de la hidatidosis se debe conocer pre- viamente la prevalencia de la infección. En este sentido, la detección de la hida- tidosis en hospedadores intermediarios es de crucial importancia para evaluar la situación epidemiológica de esta para- sitosis, antes de actuar. Actualmente, la detección de la hidatidosis en animales de abasto se basa en la detección de visu de los quistes en los pulmones e hígado de los animales sacrificados. Sin embargo, esta detección no va acompañada de datos epidemiológicos y parasitarios imprescindibles para evaluar la probabi- lidad de transmisión parasitaria. Por un lado, los datos epidemiológicos referentes a la especie animal, la edad y el tipo de cría son imprescindibles debido a que estos factores influyen directamente en la probabilidad de encontrar los quistes hidatídicos. Además, y debido a la dis- tribución focal de esta parasitosis y a su “periodo latente”, se debería recoger de forma precisa el lugar de engorde o cría de los animales parasitados, y no el lugar de origen que se registra en los mataderos habitualmente, que corresponde a cen- tros en donde se agrupan los animales a sacrificar, que pueden ser de muy diver- sas procedencias geográficas. En cuanto a los datos referentes al parásito, de cada animal parasitado se debería evaluar la fertilidad quística (presencia de proto- escólices en su interior) y, en el caso de desear conocer el potencial zoonótico de la infección, el genotipo parasitario. La detección de visu no permite un diagnóstico ante mortem, y además puede dar lugar a falsos positivos y negativos. En este sentido, la búsqueda de métodos alternativos de diagnóstico basados en la detección de anticuerpos sería de gran importancia para facilitar el diagnóstico individual de los animales en la propia explotación, lo que permitiría la puesta en marcha de medidas preventivas en zonas en las que se detecten animales infectados. Sin embargo, los métodos serodiagnós- ticos actuales se basan en el uso de antí- genos brutos del parásito, que dan lugar también a un considerable número de falsos positivos y negativos, por lo que es


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